Los mayores corruptos están en la Rosada
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Las muertes de los pibes en Tucumán, Formosa, Misiones y en todo el país son también una manifestación de la descomposición del aparato estatal. Los fondos destinados a los comedores, la leche y la asistencia son sistemáticamente robados por los gobernadores, intendentes y punteros.
En Tucumán, los últimos cuatro responsables de la asistencia social están procesados por desfalco, un crimen que sólo pudieron desarrollar con la complicidad de todo el Ejecutivo y buena parte de la Legislatura. En la otra punta del país, en Centenario (Neuquén), estalló una pueblada ante el robo de los “planes” por los punteros del gobierno.
Ante las masivas evidencias de choreo y “desvíos”, Chiche Duhalde se declaró “indignada” (¿recién ahora lo descubre?), pero advirtió que “las partidas son suficientes”. Es decir, que no van a poner un peso más, mucho menos ahora que su marido y los gobernadores acaban de acordar un nuevo “ajuste”. Pero los mayores corruptos están en la Rosada.
Mientras miles de pibes mueren anualmente de hambre, salieron del Banco Central 14.000 millones de dólares (el superávit comercial) para pagar deuda externa, expatriar capitales y otorgar redescuentos a los bancos por miles de millones. La devaluación tuvo como único objetivo salvar a un conjunto de grandes capitalistas endeudados y abrir una vía de negocios para los pulpos exportadores.
Si los funcionarios tucumanos y los punteros neuquinos les sustrajeron a los planes sociales algunos cientos de miles de pesos, Duhalde, Lavagna y el Bcra les sustrajeron decenas de miles de millones de dólares. Frente a los inquilinos de la Rosada, los funcionarios tucumanos son ladrones de gallinas.