Políticas

5/10/2017

Los negocios detrás de la detención del Pata Medina

De Bruera a Garro, un Código de Ordenamiento Urbano al servicio del empresariado de la construcción, responsable de la inundación de 2013.


La detención días atrás de Juan Pablo “Pata” Medina, el secretario general de la Uocra La Plata, generó una conmoción política en la Ciudad y el país.


 


En las bases del desplazamiento del burócrata se encuentran tanto la alianza del macrismo con el capo mafia opuesto a Medina, el líder nacional de Uocra Gerardo "Batallón 601" Martínez, como la presión del empresariado del sector por profundizar los negociados de la especulación inmobiliaria en La Plata, que por diversas vías comporta un atropello colosal contra la población trabajadora de la localidad.


 


¿Lucha anti mafias?


 


En los últimos meses, Medina mantuvo paralizadas decenas de obras en la Ciudad y la de la estación Pereyra del FFCC Roca, que quedó en manos de la seccional platense del sindicato luego de un "conflicto con los colegas de Florencio Varela" (palabras del propio Pata Medina para referirse al enfrentamiento a los tiros que mantuvieron en la obra en cuestión). Disfrazadas de "reclamo obrero", las parálisis de las obras fueron una constante para la UOCRA local, que en realidad las utilizaba para negociar sobreprecios en beneficio de Medina y su camarilla. En los últimos tiempos, los empresarios pusieron el grito en el cielo denunciando que las construcciones en La Plata, debido a estos pedidos de la Uocra, estaban en promedio un 40% por encima del valor.


 


De fondo, la supuesta "avanzada judicial anticorrupción" responde a los intereses del empresariado, comenzando por el fin de los "sobreprecios" de Medina y siguiendo por una nueva avanzada contra los derechos laborales en la construcción.


 


Bruera-Garro, una misma política


 


El negociado inmobiliario en La Plata fue el factor determinante de las políticas de los viejos intendentes del PJ—kirchnerismo y lo sigue siendo de las del actual mandatario de Cambiemos, Julio Garro.


 


Los ex intendentes Julio Alak y Pablo Bruera impulsaron, de la mano con el Pata Medina, un Código de Ordenamiento Urbano a la medida de los especuladores inmobiliarios, y que fatalmente derivó a la trágica inundación del 2 de abril de 2013, en la que murieron casi un centenar de personas. El “Pata” siguió con interés esta política, ya que fue el preludio de numerosas y enormes construcciones edilicias en el casco urbano. Este desarrollo llevó a un mayor colapso de la ciudad –ya que las obras nunca fueron acompañadas de las obras de infraestructura necesarias para albergar ese crecimiento– y a un encarecimiento brutal del suelo urbano platense: en dólares, el metro cuadrado cuesta el doble hoy que hace diez años (El Día, 23/7). La contracara del enorme crecimiento edilicio fue una crisis habitacional que llevó a los trabajadores a la periferia y al surgimiento de decenas de nuevos asentamientos.


 


Por su parte, el gobierno de Cambiemos, luego de un acuerdo de dos años –en los que el intendente llegó a realizar un acto con la hija del “Pata”, Any Medina, e incluso la contrató como funcionaria durante un mes– opta por desligarse del armado de la Uocra local para favorecer su nuevo "Plan estratégico La Plata 2030".


 


A grandes rasgos, se plantea avanzar con grandes construcciones en las afueras de la ciudad, lo cual dejaría grandes dividendos a las inmobiliarias elevando el costo del suelo fuera del casco urbano, e incrementaría el riesgo de una nueva e incluso mayor catástrofe a la que ya vivimos los platenses.


 


Por la organización antiburocrática de los trabajadores


 


La caída del “Pata” Medina deja planteados grandes desafíos para los trabajadores de la construcción. Es más necesaria que nunca la organización independiente y realmente democrática de los trabajadores, para poner fin a las camarillas de la burocracia sindical.


 


Este es el camino que emprendió el Sitraic en todo el país, que ahora tiene por delante el desafío de abrirse paso en La Plata para ser un factor de lucha de los trabajadores por sus propios derechos, contra los negociados del gobierno y los especuladores. Al mismo tiempo, en las elecciones se abre la posibilidad de asestarle un golpe a los políticos de la especulación inmobiliaria votando al Frente de Izquierda y logrando el ingreso de representantes de los trabajadores al Concejo Deliberante.


 


La persecución del gobierno a uno de los sectores más descompuestos de la burocracia sindical también es una cortina de humo para avanzar contra el conjunto de los trabajadores. Fuera la burocracia sindical. Vamos por una verdadera transformación social de la mano de los trabajadores.