Políticas

29/6/2021

Los salarios volverán a caer por cuarto año consecutivo

La inflación de junio cerraría por arriba del 3% y los “aumentos” paritarios siguen a la baja.

Federico Imas @ojoobrerofotografía.

Según informó el ministro de Economía, Martín Guzmán, el gobierno ya estima que la inflación de junio cerrará por arriba del 3%, acumulando un 25% en los primeros seis meses del año. Con estos números, los acuerdos paritarios de última hora, de entre el 40 y 45%, solo tendrán “impacto” hasta las elecciones, cerrando un 2021 (el cuarto año consecutivo) por debajo de la inflación.

Por donde se lo mire, los precios le ganan a los salarios en cualquier tipo de comparación. Si se calculan las paritarias contra el mismo periodo interanual (por ejemplo mayo-junio 48,8%), como recomendó el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, los salarios pierden entre el 8 y el 2%, dependiendo el acuerdo. Si se miden contra la inflación anual del 2021, se espera que pierdan, en promedio, al menos un 2%.

Las consultoras privadas miden la inflación para junio entre un 3 y un 3,5%, salvo la consultora Fiel, que pronostica un 4%. La continuidad de los altos niveles de inflación está vinculada a la liberación de precios (desmantelamiento de Precios Máximos), tarifazos y aumentos autorizados por el gobierno.  Este mes, se espera medir el impacto del aumento del 6% en las tarifas de gas, lo cual repercute en subas generalizadas.

Además, la presión hacia el dólar, que amenaza con terminar la “pax cambiaria”, redundó en que el gobierno saliera a intervenir para evitar la escalada, liquidando parte de las reservas en el camino. La expectativa por una futura devaluación, con una brecha cambiaria que crece -un 70% entre el oficial y el blue- y un dólar “mantenido” por debajo de la inflación también carga las tintas sobre los precios, gracias a la especulación de los capitalistas y a la vista gorda del gobierno. Está de más decir que una devaluación terminaría implicando un recorte generalizado en los salarios, cosa que no se descarta pasadas las elecciones.

Ni para las zapatillas

Un informe de la consultora privada Focus Market señala que en la Argentina se necesitan 95 horas de trabajo (12 días laborales), remuneradas según el valor de un salario mínimo ($25.572 en junio), para comprar un par de zapatillas. Nuestro país figura como segundo (luego de Venezuela) en el ranking de los salarios mínimos más bajos de América Latina, según su poder adquisitivo.

El mismo estudio concluye que para comprar un jean se precisan 83 horas laborales (10 días) y para un suéter unas 60 horas laborales (casi 7 días).

Para casi un millón de trabajadores precarizados del programa Potenciar Trabajo estas cifras se duplican, debido a que solo perciben la mitad de un salario mínimo. Y estamos hablando solo de algunos artículos de indumentaria.

Se trata de una manifestación más de que el poder adquisitivo de los salarios se encuentra en los niveles más bajos.

A pesar de que un conjunto de gremios ha reabierto sus paritarias y que otros cerraron más tarde, ambos llegando a porcentajes superiores a la pauta oficial de principios de año, los “aumentos” siguen perdiendo contra los precios, mientras se confirma que la inflación rondará el 50% a fin de año.

Es el caso del Sindicato de Encargados de edificios (Suterh) que firmó la primera revisión pasando del 32 a casi 45; bancarios, del 29 al 45%; Camioneros, que firmó por el 45%; Anses, 45,5%, Pami el 43% y el Congreso por un 40%. Todos pierden con la inflación pasada, presente y futura.

Estos aumentos insuficientes también anulan el efecto de la elevación del piso de ganancias: los trabajadores ganan menos, pero por la alta inflación vuelven a ser recortados por el impuesto al salario. Lo que ya empieza a despertar alarmas en varios gremios y pone de manifiesto los límites de la política oficial.

El ajuste inflacionario redunda en un beneficio directo a las patronales, quienes licuan el poder adquisitivo de los salarios, mientras imponen su política de precios, despidos, suspensiones y reforma laboral de hecho.

Para parar la inflación y el ataque a nuestros salarios debemos comenzar por la intervención de toda la cadena de valor para ponerla bajo control de los trabajadores, junto a la nacionalización del comercio exterior. Esto debe ir de la mano de elevar el salario mínimo por arriba de la canasta básica y llevar los salarios por encima del umbral de la canasta familiar de $100.000. Solo una dirección combativa e independiente, del movimiento obrero y los sindicatos, podrá colocar estas tareas al orden del día, junto con la acción política de los trabajadores con el Frente de Izquierda Unidad.