Durante los últimos días se llevó a cabo una seguidilla de robos organizados bajo la modalidad “piraña” a comercios y supermercados de diferentes puntos del país, entre los que se encuentran la Ciudad de Buenos Aires, algunos distritos del conurbano bonaerense y de las provincias de Córdoba, Mendoza y Neuquén. Varios comerciantes optaron por bajar sus persianas a modo de prevención, e incluso algunos salieron a amenazar a los asaltantes con armas de fuego. Si bien aún se desconoce la trama detrás de los hechos, lo cierto es que alertaron a la población y en los medios se los asoció con los saqueos del 2001.

En un contexto de acuciante hambre y miseria, queda en evidencia una fuerte disgregación social. Distintos sectores derechistas, fogoneados por los medios de comunicación, buscaron endilgarle estos robos al Polo Obrero y otras agrupaciones de la Unidad Piquetera, utilizándolas como chivo expiatorio por ser quienes protagonizan la lucha contra el hambre y la pobreza que los gobiernos descargan sobre los más vulnerables. Desde la organización sacaron un comunicado desmintiendo estas versiones e insistieron en que la respuesta a las demandas sociales la tienen que dar los que gobiernan, el Estado y sus organismos, como el Ministerio de Desarrollo Social. Por eso, en lugar de organizar saqueos, se movilizarán mañana al ministerio para reclamar la asistencia alimentaria a los comedores que hoy está recortando mientras se disparan los precios.

Esta diferencia de método la dejó clara Eduardo Belliboni, en una entrevista para Crónica TV, quien sostuvo: “Los comedores populares le dan de comer a 11 millones de personas en todo el país. Ese problema social no lo atiende ni el Estado ni el privado, lo hacen las organizaciones sociales y piqueteras, que son las mismas que asisten a la gente en las inundaciones, entre otros problemas”.

En un acto de oportunismo, el gobierno y la oposición derechista se valen de este cuadro para favorecer un reforzamiento represivo. Patricia Bullrich salió a exigir un Estado de sitio, alegando que el país “necesita orden”. No concibe otro orden que el se impone a la fuerza, por eso nada dice de terminar con el hambre. Aprovecha el malestar que estos robos generan en la población para atacar las demandas sociales.

El gobierno no se quedó atrás. Axel Kicillof anunció un “fortalecimiento de la seguridad en toda la provincia” mientras su ministro de Seguridad, Sergio Berni, llamaba a descargar todo el peso de la ley contra los asaltantes. Aníbal Fernández, ministro de Seguridad nacional, anunció la creación de un comando unificado entre las cuatro fuerzas federales (Policía, Prefectura, Gendarmería y PSA) para “actuar contra los saqueos”. En medio de una fuerte crisis social y en vísperas de una profundización del ataque a las mayorías populares se valen de estos episodios para favorecer un reforzamiento represivo que va a ser usado para afrontar un escenario de choques sociales más profundos.

En tanto, la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, señaló al partido Milei como el responsable de instigar estos robos, aduciendo que “quieren instalar el caos y desestabilizar”. El oficialismo desconoce totalmente que son sus propias políticas de ajuste las que favorecen el terreno electoral para la campaña de Milei, cuyo programa redoblará las penurias para la población. Los trabajadores tenemos que organizarnos y salir a enfrentar esta agenda antiobrera en las calles para imponer nuestros reclamos.

https://prensaobrera.com/politicas/emergencia-alimentaria-el-proyecto-que-presento-romina-del-pla-ante-el-desabastecimiento-de-los-comedores-populares

https://prensaobrera.com/politicas/massa-viaja-a-washington-a-pactar-mas-devaluacion-y-tarifazos