Políticas

2/10/1997|559

Los Soldati y los Techint exigen: “Que Menem y la Alianza co-gobiernen!”

Hace dos semanas, señalábamos desde estas páginas que “el menemismo se desmorona”, y siete días después, que “hacía agua”.


Las elecciones de Cutral Co confirmaron esta caracterización. Ganó la Alianza porque un fogonero del Frepaso, el concejal Rioseco, llamó a votar a la UCR.


El Partido Obrero multiplicó por diez su votación de hace dos años.


¿Pero es la Alianza la alternativa que necesita o espera la mayoría del pueblo trabajador?


El aliancista Página 12 dice en su edición del domingo 28 que “La Alianza necesita un millón y medio de dólares hasta el final”. Luego agrega: “De todos los grupos económicos, el que se ha mostrado más receptivo es Techint, propiedad de la familia Roca. José Luis Machinea, el vocero económico de la coalición, es el titular del Instituto de Desarrollo de la Unión Industrial Argentina y su padrino para llegar a ese lugar fue el propio Roberto Roca. Otra Roca, Andreína, tiene una excelente relación con Graciela Fernández Meijide y la empresa Techint financia actividades académicas que organiza la Fundación Carlos Auyero, el renovado think tank del Frepaso”.


¿Es exagerado decir, a la luz de lo anterior, que el Frepaso y la Alianza son sucursales del pulpo Techint?


En el suplemento económico del mismo diario aliancista se insiste con otro dato: “aunque (Soldati) lo desmienta, los dirigentes aliancistas insisten con que el titular de la Sociedad Comercial del Plata es uno de sus ‘sponsors’ de campaña”. Soldati es miembro del oligárquico Consejo Empresario Argentino y co-accionista de Aguas Argentinas, entre otros negociados. El CEA se encuentra en plena campaña en favor de la privatización de las obras sociales y de la salud en general.


“Los petroleros coquetearon con Graciela”, titula el diario BAE. Se refiere a la reunión que sostuvo con Shell, Esso, Pérez Companc, Pluspetrol, etc. Allí, la candidata prometió mantener “la seguridad jurídica”, informó Clarín, es decir, las privatizaciones que esquilman los bolsillos de la población y están produciendo un vaciamiento industrial.


Como cabe esperar, esto a Menem no le gusta nada. “En relación a las empresas que siempre fueron el sostén del modelo, dice el Cronista (25/9), el presidente Menem hoy oscila entre la bronca por ciertas actitudes pro Alianza y su necesidad de no abrir nuevos frentes de conflicto…”.


El aislamiento del gobierno, incluso entre los grandes pulpos, explica la negativa del FMI a firmar el acuerdo con Argentina que se creía un hecho consumado. Hasta los banqueros internacionales se anotan en la lista de los ‘sponsors’ de la Alianza.


Todo esto significa una sola cosa: que se prepara el co-gobierno de Menem y la Alianza para 1997/99. Los aliancistas pondrán todas sus huellas digitales en las leyes que están exigiendo los Soldati, los Techint, el FMI y el Banco Mundial.


Es precisamente el ‘recado’ del ‘sponsor’ Soldati. “En la cancha se ven los pingos”, le dijo ‘elegantemente’ a Página 12 (28/9). “Quiero que demuestren (los aliancistas) en el Congreso cómo van a mover las leyes, cómo la flexibilización laboral, que necesita el modelo. El que administra bien, concluyó, sigue y el que no se va”.


A ningún diario, ni mucho menos a los ‘pontífices’ Grondona, Verbitsky o Morales Solá, se le ha ocurrido denunciar la posición de Soldati como la de un patrón de estancia y hasta como un golpista, o destacar estas declaraciones como una manifestación tan ‘sincera’ como brutal del carácter de clase de la democracia y de sus partidos.


En 1989 dijimos: si vota a Menem le sale un Alsogaray.


En 1997 decimos: la Alianza es una continuidad de la política menemista de los grandes pulpos.


“No votes a los candidatos de tus verdugos, vota a los compañeros”