Los Suteba combativos paralizaron la provincia de Buenos Aires
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El paro del 15 de mayo, convocado por un plenario de 500 delegados de escuela llamado por los Suteba combativos, fue masivo.
En las seccionales recuperadas, la huelga alcanzó el 90 por ciento de acatamiento. En los distritos dirigidos por la Celeste hubo un piso del 40 por ciento, pero en varios de ellos se superó el 70 y hasta el 80 por ciento, como en Lomas, Malvinas Argentinas, San Martín y José C. Paz, entre muchos otros.
El punto central de los reclamos fue el pago de los salarios adeudados a miles de compañeros, en un cuadro de ajuste aplicado por la ministra De Lucía. El conflicto estalló en Tigre (donde casi 800 docentes no cobraron sus haberes), pero se ha extendido a toda la provincia.
Profundizamos la lucha con un paro de 48 horas
El plenario de delegados votó, además, un paro de 48 horas para los días 28 y 29 de mayo con marcha a La Plata, que coincidirá con medidas de los estatales de ATE, y la realización de un nuevo plenario de delegados con mandato que resuelva la continuidad del plan de lucha. En la semana intermedia entre las jornadas de paro, habrá actividades de movilización en todos los distritos.
La burocracia sindical docente de Suteba salió a militar, una vez más, contra el paro. Vergonzosamente, en los términos de la patronal, salió a acusar a la inmensa mayoría de la docencia de ser responsable del "vaciamiento de la escuela pública".
La Dirección General de Escuelas tomó debida nota de esta profunda respuesta de la docencia y alistó un pago complementario (que se cobró al día siguiente del paro) para nada menos que 25.000 docentes, y otro para el 25 de mayo, lo cual da una idea de los miles de miles que no están cobrando su salario.
Detrás del reclamo más urgente del pago de un salario por un trabajo ya realizado, se colaron todas y cada una de las reivindicaciones de la docencia y de la escuela pública, incluida la reapertura de paritarias ante el derrumbe del salario. Otro punto importante es la necesidad de salir a quebrar la intentona de imponer, por medio de una ley de la Legislatura bonaerense, un nuevo Código Educativo que lisa y llanamente instaura la eliminación del estatuto del docente.
En este punto, la dirección Celeste de Baradel sólo ha señalado que rechaza la aplicación de este código nefasto porque no ha participado en su elaboración, lo que es un convite a llegar a un acuerdo que permita hacer pasar el código flexibilizador.
La política de frente único, desplegada por los Suteba combativos y el plenario de delegados con mandato (que lleva ya su décima convocatoria), es lo que ha permitido este proceso ejemplar de lucha. A contrapelo, un sector minoritario de agrupaciones de izquierda ha acusado a los Suteba multicolores de pecar de "conservadurismo", un verdadero dislate que sólo persigue un divisionismo autorreferencial y estéril.
La tarea es desplegar todas las energías para garantizar el éxito de las medidas de fuerza que ha abrazado la mayoría de la docencia bonaerense.