Políticas

19/12/1996|524

Los yanquis pactan con Yabrán y dejan pagando a Cavallo

En su comentario político del domingo pasado, el columnista de Clarín, Eduardo Van der Kooy, ofrece la jugosísima información de que "Los americanos tienen como meta no quedar afuera de la privatización de los aeropuertos (1.600 millones), del Correo (300 millones) y de la renovación de los DNI" (15/12). Este pedacito de información confirma, por sí sólo, que la disputa Yabrán-Cavallo no había sido hasta ahora otra cosa que un intento de los yanquis por arrebatarle los negocios al primero.


Sigue Van der Kooy: "Resultaría inútil disociar esos temas, del contacto que funcionarios norteamericanos mantuvieron con el empresario Alfredo Yabrán, competidor en los mismos negocios y leit motiv de las denuncias explosivas realizadas por Cavallo".


"Voceros de la Embajada norteamericana quitaron relevancia al encuentro, pero dejaron alguna pista sobre el futuro: ‘No nos importa tanto Yabrán, como evitar que se genere un monopolio en áreas tan sensibles, como el Correo o los aeropuertos’, explicaron".


Wenceslao Bunge, vocero de Yabrán, había sido requerido, unos diez días antes, por tres altos funcionarios de la embajada norteamericana, según lo publicó el Financial Times de Londres, para discutir, precisamente, acerca de estos negocios. Según El Cronista (12/12), los yanquis dijeron que la "reunión no fue provechosa". Que "Yabrán no tiene ninguna importancia política para nosotros. Sólo comercial". Cavallo comentó luego que la publicidad del encuentro"fue una campaña de prensa para blanquear la imagen de Yabrán" (La Razón, 16/12).


Cuando se junta toda la información, resulta claro que los yanquis propusieron un reparto, seguramente desigual, de los negocios en disputa, y que no está claro todavía si lograron o no el acuerdo del demonizado Yabrán. Pero si The Wall Street Journal (5/12) informa que "Las grandes empresas de Estados Unidos, como Lockheed Martin Inc., Johnson Controls Inc. y General Electric Capital Inc. han comenzado a llegar a la Argentina para participar en la privatización de varios aeropuertos el próximo año", ello quiere decir que la mano viene pesada.


Pero el mismo artículo denuncia que otra empresa, Republic Parking Systems Co., no pudo conseguir una licitación para operar los estacionamientos del Aeropuerto de Ezeiza, por la oposición de Jorge Domínguez, el nuevo ministro de Defensa. Esos estacionamientos habían sido entregados en concesión nada menos que a Cáritas, la institución de la Iglesia, que los subarrendó a una empresa llamada El Principado, manejada por un amigo de Domínguez. Lo de Cáritas, metida en aeropuertos, es muy interesante, porque ya se archisabía que Yabrán era uno de los principales donantes a la Iglesia de Córdoba, que dirige Primatesta.


No es cierto, entonces, que Yabrán-clero sólo tenga importancia ‘comercial’. Para proceder a la privatización de los aeropuertos, el gobierno deberá resarcir a los concesionarios de rampas, depósitos y ‘free-shops’, todos regenteados por Yabrán-clero y la Fuerza Aérea. Un asesor del gobierno de Clinton, Mc Larty, le dijo a Cavallo que, antes de dejar la jefatura de la Fuerza Aérea, el brigadier Paulik había aumentado las tarifas de Edcadassa, de Yabrán, lo cual elevaría el monto de las indemnizaciones que le corresponden si Ezeiza pasa a manos privadas (La Razón, 16/12).


No se puede desconocer que el entuerto yanqui-Yabrán se entrelaza con la crisis derivada de las estafas de IBM. Carlos Silvani, el secretario de Ingresos Públicos, ya está hablando de ‘renegociar’ los contratos de IBM con el Banco Nación y con la DGI, es decir, de dictar el indulto a los estafadores. Esto explica los obstáculos que está poniendo la ‘justicia’ norteamericana a los pedidos para que revele el movimiento de cuentas de IBM en los Estados Unidos, y permita interrogar a sus dirigentes. En resumen, hay fortísimos monopolios norteamericanos que presionan a Clinton para que imponga sus intereses en la Argentina.


Aeropuertos y correos se enlazan también con el asunto de la intervención de las fuerzas armadas en la ‘lucha’ contra el narcotráfico, porque ello implica conceder la radarización del espacio aéreo a los Estados Unidos, como ya ocurriera con la Amazonia brasileña. Es decir, que cuando la prensa de medio pelo nos bombardea con la muletilla de que no habría más ‘joyas de la abuela’ para vender, los negocios comerciales y estratégicos más importantes están aún por delante. Entre ellos, la entrega de Aerolíneas a American Airlines.


Un entendimiento ‘comercial’ entre Cheek-Yabrán dejaría a Cavallo fuera de combate, y quizás ‘algo’ más que eso, y representaría, incuestionablemente, un acuerdo más general entre el clero y los yanquis. En caso contrario, la crisis política en curso deberá asumir una virulencia de las más brutales.


Es acerca de esto que Menem habló en su reciente viaje a Estados Unidos. Es evidente que, más allá de buscar una componenda en algunos enjuagues comerciales, Menem se comprometió a la irrestricta entrega económico-estratégica en todos los asuntos pendientes mencionados. La ‘alianza extra-OTAN’ que habría reclamado, quiere decir exactamente esto.


Todo esto hace aún más canallesca la negociación que, según los diarios del martes 17, estarían celebrando Alfonsín y Menem para intercambiar votos radicales y peronistas para, permitir la privatización de los aeropuertos a cambio de que salga el Consejo de la Magistratura, un engendro pseudojurídico encargado de la misión imposible de hacer ‘transparente’ a la ‘justicia’.


Mientras Argentina toda es llevada a dar el último paso que la convertirá en factoría del peor imperialismo de todos los tiempos, el Frepaso convoca a sacar banderas y ponerse camisetas en nombre de un nacionalismo ... anti-chileno.