Políticas

30/3/2022|1641

Lozano, la centroizquierda en el gobierno del pacto con el Fondo

Claudio Lozano, director del Banco Nación

Recientemente, el director del Banco Nación, Claudio Lozano, se transformó en el centro de una pequeña crisis política, al presentar una cautelar contra el acuerdo con el Fondo Monetario. La cautelar condujo a una reacción de los voceros presidenciales, que cuestionaron la continuidad de Lozano en el gobierno sin que, sin embargo, Lozano renunciara ni el gobierno lo desplazara.

¿Por qué no lo echa el gobierno? Por un lado, porque podría desencadenar una ruptura más amplia, en un escenario de crisis interna del Frente de Todos con el kirchnerismo. Pero, además, los Lozano le dan una cobertura “por izquierda” al gobierno mientras ayudan a contener a la burocracia de la CTA autónoma, la verde de ATE y otros sectores. El gobierno, por el momento, aspira a preservar la cooptación de todos estos sectores, porque contribuyen a mantener a raya los reclamos del movimiento obrero frente al ajuste. No lo echan por su funcionalidad al plan de ajuste del gobierno y el Fondo. Por su parte, Lozano, ante los cuestionamientos, reafirmó su “respaldo al Presidente” (textual).

Es que el cuestionamiento de Lozano (y del kirchnerismo) al pacto, es inconducente: no quieren romper con el Fondo Monetario. Por el contrario, consideran que la presunta ilegalidad del préstamo es un terreno para plantear una acción judicial que permita mejorar las condiciones de negociación para Argentina. La experiencia demuestra lo contrario. La Cámpora cuestiona la negociación de Guzmán, pero Kicillof es el autor del pacto leonino con el Club de París, los juicios del Ciadi, el pago de la indemnización a Repsol y más recientemente el canje de Provincia, peor que el de Guzmán. El caso del Ciadi muestra cómo los tribunales nacionales e internacionales han contribuido a incrementar sustancialmente la deuda argentina. La idea de que ir a la Corte Internacional de Justicia sería una excepción no tiene antecedentes ni fundamento.

Los “nacionalistas” no plantean tampoco desconocer este sistema judicial internacional para avanzar en imponer una jurisdicción local para la deuda soberana. Este planteo parecería más fructífero, pero también fracasó en el pasado. El fallo de Ballesteros comprobó las irregularidades manifiestas de la estatización de las deudas privadas por la dictadura, pero ordenó formar una comisión legislativa que, por supuesto, dejó correr la deuda legal, la ilegal y la semilegal. El sistema judicial argentino sirve como salvaguarda de los intereses de la burguesía nacional, que opera como acreedora con bonos de la deuda externa, al igual que los tribunales del imperialismo salvaguardan a las finanzas de las multinacionales.

Toda el ala izquierda del nacionalismo tiene una dependencia estructural de una burguesía nacional, que abraza de lleno la necesidad del pacto con el Fondo Monetario. El problema es que el pacto amenaza con llevar la economía argentina a un estallido en el corto plazo. Frente a esta contradicción, la centroizquierda y el kirchnerismo pretenden diferenciarse de las consecuencias del pacto con el Fondo, pero no presentan un programa alternativo, no rompen con el gobierno y siguen aportando su granito de arena a la “gobernabilidad” que necesita el plan de ajuste.

Lozano y la izquierda

Esta caracterización tiene importancia por los debates de Lozano con la izquierda. La aspiración de subordinar a la izquierda revolucionaria al centroizquierda es una vieja aspiración de los centroizquierdistas y nacionalistas. En su momento, Cristina misma afirmó que a su izquierda estaba “la pared”. El Frente de Izquierda se desarrolló combatiendo estas posiciones del nacionalismo sobre la base de un programa socialista, de lucha por un gobierno de los trabajadores.

El último 24 de Marzo, Lozano se pronunció por una marcha única, desde la marcha oficialista. En la misma marchó en posición destacada Andrés Larroque, el autor del desalojo de Guernica. La existencia de una marcha independiente el 24 de Marzo responde al cuestionamiento de fondo contra los atropellos a los derechos humanos en los gobiernos kirchneristas (como el actual, que Lozano integra). Por eso, la marcha del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia pudo cuestionar a Berni y en su momento a Milani. El llamado de Lozano es a acallar esta posición independiente. La izquierda siempre apoyó la marcha independiente y el 24 compartió el palco con la madre de Facundo Astudillo Castro, asesinado por la Bonaerense. Quienes integran el gobierno no tienen inconvenientes en compartir marchas y listas con los Berni o Larroque.

El debate tiene actualidad porque un sector importante de la izquierda actúa en consonancia con esta presión de la centroizquierda. El MST fue a la interna con un planteo de “ampliar” el Frente de Izquierda: una reedición de su política de bloques con la centroizquierda. La Autoconvocatoria por la Suspensión del Pago e Investigación de la Deuda, que se viene movilizando con la izquierda contra el pacto, colocó, como oradora, a una dirigente de Unidad Popular (el partido de Lozano) en el acto organizado frente a la votación en el Senado.

Una asimilación del FIT-U a la centroizquierda sería un enorme retroceso. Ampliar las filas del Frente de Izquierda es involucrar en su desarrollo a los miles y miles de compañeras y compañeros que enfrentan el ajuste y la política del gobierno del Fondo Monetario. Derrotar el pacto con el Fondo Monetario requiere más que nunca una acción histórica independiente de parte de la clase obrera, de lucha por todos los reclamos: lo contrario de los pactos con funcionarios gubernamentales y con la burocracia sindical. Apostar a esta intervención para derrotar al gobierno es la clave del desarrollo del FIT-U en la etapa actual.

https://prensaobrera.com/politicas/deuda-ilegal-y-odiosa-o-mecanismo-de-opresion-nacional/