Luchas y crisis política

CATAMARCA


La rebelión policial catamarqueña dejó mucha tela para cortar en la provincia. Los policías consiguieron un aumento del 45%, llevando el sueldo inicial a poco más de 7.000 pesos. El aumento fue arrancado luego de la ocupación de la Casa de Gobierno, que mantuvo literalmente de rehén a la gobernadora durante 12 horas.

El acuerdo con la policía disparó los reclamos salariales entre los empleados públicos, los trabajadores de la salud y la docencia. Ocurre que el salario básico de todos estos sectores no llega a cubrir la mitad de la canasta familiar. El reclamo se canalizó por medio de un frente de lucha con trabajadores de obras públicas, del correo, Defensa Civil, Registro Civil, Concejo Deliberante de Valle Viejo, judiciales y los docentes de Aduca. Se reclamaron 8.000 pesos de básico y un bono de fin de año de 2.500 pesos. Este frente ya ha protagonizado dos marchas importantes. El gobierno decidió formar una mesa salarial, pero metió en esa mesa tanto a burócratas adictos como a la dirigencia combativa, todo esto en el cuadro de inicio de las vacaciones. El propio gobierno decidió licenciar a los trabajadores de obras públicas, que son los de mayor tradición combativa. El gobierno quiere ganar enero y febrero, y luego seguir los vaivenes de las paritarias nacionales.

El presupuesto provincial para 2014 calcula la inflación anual en un 18%, lo que va a ser usado como tope salarial en las negociaciones. Tampoco se establecen específicamente las partidas salariales. A su vez, se ha sancionado una nueva ley de educación que es la punta de lanza de una ofensiva contra el estatuto y sus conquistas. En todas estas acciones, el kirchnerismo pudo imponerse porque contó con el apoyo del bloque de Barrionuevo, quien a nivel nacional declaró su alineamiento con De la Sota y Massa.

El clima de descontento es muy grande. La miseria social en Catamarca viene de lejos y en ascenso, los salarios promedian el nivel de la pobreza y la precarización está extendida a todas las actividades.

Es tarea del activismo impulsar un plenario de delegados mandatados de todo el arco sindical estatal, para que los representantes sindicales en la mesa salarial sean electos, actúen con mandatos y rindan cuentas, y así puedan emplazar al gobierno para que dé respuesta a los reclamos y, en caso contrario, dar inicio a un plan de lucha de conjunto.

Ariel López