Lugano: la lucha por el techo

 La acción de la banca del Frente de Izquierda

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No hay secretos sobre el origen de las familias que decidieron ocupar el predio lindero a la Villa 20: todas ellas pertenecen a la misma Villa 20. Son los ‘inquilinos villeros’, que pagan hasta 1.500 pesos por piezas minúsculas. En los últimos meses, la carestía feroz volvió imposible pagar esos alquileres, entonces se avanzó en la ocupación. Lugano no sólo es un retrato de la penuria habitacional en la Ciudad, sino también del agravamiento de la miseria social en todos los planos.

Años de fraudes
contra los sin techo

“Mi única garantía es este pedazo de tierra”. Así le respondía un vecino a funcionarios del gobierno que pretendían la desocupación del terreno a cambio de empadronar o censar a los ocupantes, y ofrecerles un subsidio habitacional o ‘tenerlos en cuenta’ (sic) para futuros ‘planes de vivienda’. Los funcionarios de Macri fueron a ofertar lo mismo que estas familias ‘recibieron’ a lo largo de años: papeles y promesas difusas. En 2007, la Legislatura votó una ley para urbanizar la Villa 20, en un paquete de iniciativas que también incluía un polo empresarial farmacéutico. Las obras para los capitalistas ya se hicieron, pero la urbanización de la villa no avanzó.
Hace dos años, el hacinamiento y la falta de obras empujaba a muchos de los actuales ocupantes al Parque Indoamericano. Para desocuparlo, los gobiernos de Macri y CFK prometieron aportar recursos por igual para viviendas en la zona. Fue otro fraude más, para facilitar el desalojo. Los actuales ocupantes de Lugano han capitalizado aquellas experiencias de lucha.

Freno al desalojo,
derrota del macrismo

El viernes 28, cuando se conoció la decisión judicial del desalojo, la banca del Frente de Izquierda reclamó al juez la suspensión del desalojo, y exigimos a los legisladores una reunión inmediata de la Comisión de Vivienda junto a los delegados de los ocupantes. Durante la tarde, y junto a los legisladores Gustavo Vera y Alejandro Bodart, realizamos asambleas con las familias de la toma, informando sobre nuestra iniciativa. En una larga conferencia de prensa, denunciamos la crisis habitacional y las promesas incumplidas de Macri y los K. Allí donde el macrismo y el kirchnerista Sergio Berni habían instalado una cuestión penal, pusimos de manifiesto una enorme necesidad popular incumplida.

Nada de esto modificó los aprestos del juez, atizado por una fiscalía a las órdenes de Macri. Pero a esa altura, un cordón humano de legisladores, dirigentes sociales y luchadores vecinales de la zona se interpuso entre el enorme operativo de la Policía Metropolitana y los ocupantes. Adentro del predio, los vecinos expresaban su decisión de resistir. En ese cuadro, el desalojo violento se ‘cayó’. Cuando la Metropolitana inició su retirada, la toma se transformó en una gigantesca asamblea: “el pueblo, unido, jamás será vencido”. Enseguida, se resolvió reforzar la organización interior, enormemente moralizada por la victoria obtenida.

Los K, a la derecha de Macri

Apoyados en la firmeza de los ocupantes, le hemos infligido al macrismo un traspié. Berni le reprochó al gobierno PRO no haber concretado un desalojo rápido; Cristina reafirmó este punto de vista en su discurso del Congreso.

En oposición al desalojo, reivindicamos la urbanización integral de la Villa 20, integrando al terreno ocupado y otros predios ociosos de la zona.