En el municipio bonaerense de Luján se encuentra cada vez más hundido en la pobreza, la mayor desocupación, una crisis habitacional y con graves denuncias de corrupción hacia la gestión del intendente Leonardo Boto (Frente de Todos) en sus primeros nueve meses. Esto, en un distrito con un hospital local al borde del colapso en medio del pico de Covid-19.

El sistema de salud al límite

La disparada de contagios de coronavirus en el municipio que ha superado los 2.200 casos, han hecho sonar las alarmas. Hace unas semanas el Dr. Norberto Hernández, titular de la Asociación de Profesionales del hospital municipal, manifestó públicamente que se está trabajando al límite con las camas de internación y que se nota el cansancio del personal de la salud. Además de sus declaraciones, se reportan las carencias de insumos básicos como barbijos.

Por otro lado, tuvo una fuerte repercusión la denuncia del cobro de plasma para tratamiento de pacientes que cursan Covid-19 en la clínica Güemes, cuando una paciente mostró un recibo de 35.000 pesos. La institución privada se excusó luego afirmando que el plasma “se consigue de manera gratuita solamente en el sector público” (Ladran Sancho, 8/9).

Cobra aquí una enorme vigencia el planteo del Frente de Izquierda de la necesidad de centralizar del sistema de salud, bajo control de los trabajadores, para volcar todos los recursos de la medicina privada, los hospitales públicos y las obras sociales y enfrentar unificadamente a la pandemia.

Una crisis social de magnitud

Un reciente informe de la Anses revela que en Luján más de 66.000 los vecinos que fueron beneficiados por el Ingreso Familiar de Emergencia (Tribuna del Pueblo, 12/9), en una población de 120.000 habitantes. Esto expresa la dimensión del crítico cuadro socioeconómico del distrito, teniendo en cuenta el cierre de numerosos comercios y fábricas en los últimos tiempos, que eran la principal fuente de empleos en la zona.

Otra cuestión preocupante es la falta de viviendas para miles de familias trabajadoras. Hubo episodios de intentos desesperados de tomas de terrenos. Sin embargo, la respuesta del Estado fue el amedrentamiento represivo de la policía para impedirlo, sin brindar una solución al problema habitacional.

De negociados y corruptelas

A pesar del panorama descrito anteriormente, el gobierno de Boto no se ha privado de realizar negociados a costa del presupuesto público y del ajuste a los trabajadores y jubilados municipales. Las revelaciones en el programa de TV de Jorge Lanata sobre los desfalcos por 32 millones de pesos, pusieron en conocimiento nacional un tema que ya se venía denunciando hace unos meses. Ahora ya hay una causa en la Justicia.

Los curros con proveedores de alimentos para asistir a comedores populares son un verdadero escándalo, ya que los mismos no cuentan con habilitación de espacio físico y los registros fiscales en la Afip no se condicen para una facturación a gran escala. La defensa del oficialismo es escueta, aduciendo que ellos siguen al pie de la letra los procedimientos administrativos y que pagan precios menores que la gestión anterior. La realidad los desmiente, además que habría otros casos de irregularidades con cooperativas y prestadores de servicios.

Por un programa de salida

Por todo esto, desde el Partido Obrero de Luján hacemos un llamamiento al pueblo trabajador a impulsar la deliberación y plan de acción, promoviendo asambleas en todos los barrios y lugares de trabajo para luchar por organizar al distrito sobre nuevas sociales. Por un sistema sanitario centralizado tenga los recursos de personal, salario, insumos y camas necesarias. Por presupuesto para resolver la crisis social y habitacional, y el control popular de los libros del municipio para direccionar las necesidades en función de los intereses de las mayorías trabajadoras. Es un planteo de fondo que no puede venir de la mano del actual gobierno peronista, ni tampoco de la oposición derechista y cómplice de Cambiemos.