Políticas

23/8/2012|1236

Macartismo de Edwin y el Indek para defender canasta trucha

Ana Edwin, la directora del Indec, salió a atacar con insultos y groserías la información de que ¨se come con seis pesos por día¨. El dato, proporcionado por el Indec, causó un verdadero escándalo nacional. En un final grotesco, Edwin acabó cuestionando sus propias cifras. Según Edwin, “el Indec nunca ha dicho que se necesitan seis pesos para que una persona coma por día”. Pero la canasta alimentaria que informa el Instituto para una familia tipo es de 688 pesos mensuales, o sea, 23 pesos diarios para cuatro integrantes. Por persona y por día, ello no llega a los seis pesos.


La directora del Indec ‘críticó’ la canasta básica que ella misma elabora, y se la atribuyó a Cavallo. Con ello, volvió a mentir, porque la medición arranca en los años 80, mucho antes de que Cavallo fuera ministro.


Según Edwin, los resultados fraudulentos de su medición estarían relacionados con una composición de productos que “no tiene nada que ver con lo que vive el pueblo”. De ser cierto, debería ser sometida a un juicio de responsabilidades, por haberlo ocultado durante todos estos años. Pero con esa misma composición de productos de consumo esencial, la provincia de Chubut calcula una canasta de más de 2.000 pesos, tres veces lo que le da al IndeK. No se trata entonces de la ‘canasta’, sino de la truchada alevosa en los precios que se imputan a cada producto.


Las repercusiones de esta falsificación son claras. Según las ‘cifras’ oficiales, la indigencia en la Argentina sería prácticamente nula, y la pobreza estaría reducida a los desocupados absolutos. Para otras estimaciones extra-oficiales, la canasta de pobreza para una familia tipo está por encima de los 6.000 pesos. En ese caso, una parte sustancial de la clase obrera ocupada… es pobre. En definitiva, el escándalo de los seis pesos ha colocado en el banquillo al ‘modelo’ de la precarización laboral y los salarios devaluados.


Estos ‘patriotas’ de la persecución justifican sus truchadas en nombre de que, con ellas, reducirían el pago de la deuda pública que se ajusta con la inflación. Pero una parte sustancial de esos bonos en pesos (ajustables con el CER) el gobierno los ha transferido a la Anses. La falsificación del índice de precios, por lo tanto, es hoy un desfalco a los fondos jubilatorios. En cambio, los especuladores internacionales se han quedado con los “bonos atados al PBI”, cuyo crecimiento es sobreestimado por la falsa inflación de un dígito.


La hilacha reaccionaria del tándem Edwin-Moreno se deja ver cuando señalan a Ismael Bermúdez, el autor del artículo sobre los “seis pesos por día”, como “hermano de Altamira, el líder del PO”. O sea que la defensa de las estadísticas truchas viene acompañada de macartismo. Cuando a los nacionales y populares se les cae el bozal, rezuman su odio inconfundible contra la izquierda y los socialistas. El ataque a la ‘Corpo’ pasa a segundo plano.


Con los mismos métodos, Edwin-Moreno han militarizado al Indec con cuatrocientos matones, despidieron a los trabajadores y técnicos que denunciaron sus truchadas y mantienen bajo un régimen de amenazas permanentes a los integrantes de la Junta Interna de ATE.