Políticas

16/1/1996|480

Macri no solo jode en Boca

Las patronales se toman vacaciones pero no descansan. Su objetivo este verano es imponer los contratos colectivos individuales, ‘a la neocelandesa’. Es lo que está ocurriendo en Sevel, con Macri, en Ciadea, con Antelo, y es también el reclamo de la UIA, para la cual los salarios están ‘muy altos’ y la ‘reforma laboral’ sigue pendiente. Es lo que está en juego en la negociación entre la Fiat y la UOM en Córdoba.


Si logran alcanzar su propósito se habrá destruido la última conquista obrera en Argentina. La superexplotación no conocerá ya ningún límite. Las patronales habrán conseguido también el derecho al despido inmediato.


¿Por qué los sindicatos no unifican la defensa de estos derechos con la lucha de los trabajadores estatales, docentes, médicos, villeros, en un único movimiento nacional? La ofensiva anti-obrera se apoya en un gobierno debilitado por la crisis y las disputas internas, al cual es posible vencer.


¿No saben los ‘dirigentes’ que en la vecina de Nueva Zelanda,  en Australia, la reforma ‘neocelandesa’ fue parada por una huelga general?


Los Macri no sólo pretenden ‘reciclar’ al barrio de la Boca, en un negociado inmobiliario que conocen al dedillo, es decir desalojar en masa a los boquenses. No por nada los Macri son dueños de constructoras y, el papá de la ‘familia’, presidente de la Unión Argentina de la Construcción. Las patronales ‘argentinas’ quieren, por sobre todo, acabar con el movimiento obrero.


Hay que pararles la mano con la lucha y con la organización.