Políticas

30/9/1998|602

Mantener la Alianza bien vale un ‘nido de corruptos’

Según los jefes de la UCR y el Frepaso, la crisis detonada por Chacho Alvarez con la denuncia de que el gobierno de De la Rúa es un nido de‘procesistas’ y ‘corruptos’, ha quedado convenientemente de lado. “Ya hay un acuerdo básico sobre la distribución de las candidaturas y la forma en que se realizaría la interna…”, señala Clarín. “La crisis de la Alianza fue superada”, le dijo De la Rúa a La Nación (26/9).


¿Se trató sólo de una pelea feroz por las candidaturas de la Alianza y, por lo tanto y hasta cierto punto, intrascendente?


Varias encuestas destacan que, si la interna ‘abierta’ se hiciera hoy, las posibilidades de victoria de Fernández Meijide serían prácticamente nulas. Volcar la elección a favor de la candidata del Frepaso requeriría una masa de votantes independientes que “hoy, a diferencia de un año atrás, no está dispuesta a movilizarse para actuar en el seno de la Alianza” (La Nación, 25/9). Otras encuestas ratifican que la Alianza sigue bajando en la intención de voto (Clarín, 26/9).


En este escenario, “Alvarez cree que el Frepaso puede perderlo todo si De la Rúa triunfa en las elecciones internas de noviembre. Fue para evitarlo que exigió el acuerdo por las candidaturas. Como esa negociación se detuvo, Alvarez decidió presionar”(La Nación, 19/9).


“Añoramos los patrulleros”


En el reciente ‘coloquio’ de IDEA, Graciela Fernández Meijide provocó el jolgorio de los empresarios allí reunidos con esta definición tajante en materia de seguridad. Al mismo tiempo, hizo frente común con Menem al rechazar la propuesta de crear un gran ente regulador de las empresas públicas privatizadas, la cual es “severamente objetada por los empresarios”(ídem, 26/9).


Este despliegue de menemización es la base de la crisis de la Alianza. Un mes atrás, el Frepaso propuso un cogobierno para los últimos dieciocho meses de Menem, una consigna que “partió de su verdadera usina, el Citibank, en la cena que reunió a medio gabinete con los mandamases capitalistas de la Argentina. El mensaje era razonable: puesto que la Alianza bajó todas y cada una de las banderas que pudieran parecer amenazantes al establishment, convenía asociarla en la aprobación de los proyectos de leyes que los capitalistas necesitan para capear la crisis económica”(PO, 27/8).


Desde entonces, la Alianza votó la reforma impositiva que extiende los impuestos al consumo; votó la ley de ‘incentivo docente’ que destruye el Estatuto del Docente; ‘votó’ también políticamente la reforma laboral, si se considera que condiciona el quórum con la única finalidad de poder viabilizar el reclamo patronal de mantener los contratos precarios hasta que fueran eliminados los aportes patronales. Chacho Alvarez dijo textualmente “es irresponsable derogar los contratos llamados basura si al mismo tiempo no se compensa con una reducción de los aportes patronales”(Clarín, 29/8). El mayor aporte del Frepaso a la ‘reforma’ fue el sofocamiento, con la colaboración de los dirigentes de la CTA y del MTA, del paro general convocado en su contra.


Todos meten mano


Sin embargo, la opinión de que la crisis de la Alianza quedó atrás es infundada. Por ejemplo, “a nadie le resulta comprensible que para llegar a un acuerdo de reparto de cargos se utilicen argumentos tan pesados como acusar a los socios de corruptos”(Ambito, 21/9).


Un signo de la permanencia de la crisis es lo que ocurre en Córdoba, donde “Mestre decidió… sorpresivamente, anticipar para el 20 de diciembre de este año la elección a gobernador… Para los frepasistas ese adelantamiento es una maniobra que busca forzar la movilización del aparato radical para las internas presidenciales, que al hacerse 21 días antes coincidirán con la campaña reeleccionista de Mestre”(Clarín, 20/9).


Pero aun en estas circunstancias, el Frepaso no sabe “si lanza la campaña o busca acordar con Mestre”, ya que “necesitará que el gobernador arrastre los votos cordobeses para la campaña presidencial” (ídem). Mestre, como se sabe, es un cómplice del menemismo y el cuadro de conjunto “incluye la suposición del Frepaso de que De la Rúa contará con el respaldo del menemismo”(La Nación, 24/9).


Es decir que la crisis puede explotar de nuevo. Supuestamente acordadas las candidaturas centrales, ahora “hay algo aún de lo que se habla poco: la futura composición del bloque aliancista de la Cámara Baja”. La UCR no quiere ‘abrir’ un acuerdo en todos los distritos.


Así las cosas, “hasta los aliancistas empedernidos comenzaban a barruntar la posibilidad de una ruptura de la coalición”(La Nación, 24/9).


La crisis de la Alianza (y, por sobre todo, la descomposición política, aunque no se rompa) subraya la crisis que se le plantea a las burocracias sindicales que la apoyan, a cualquier precio, a cambio de algunas candidaturas.