Políticas

13/12/2016

Manzana 66: “toma y daca” en favor del capital inmobiliario

Que el triunfo de los vecinos de Balvanera no se convierta en un nuevo atropello contra los de Saavedra.


Los vecinos de Balvanera vienen batallando desde hace dos años por el destino de la manzana 66, circunscripta entre las avenidas Belgrano y Jujuy y las calles Moreno y Catamarca.


El movimiento despertó con la oposición al proyecto original impulsado por AKE Music, el PRO y el FPV, de levantar allí un microestadio para 18 mil personas, un hotel 5 estrellas y estacionamientos. Para los vecinos, este desarrollo capitalista implicaba un desmejoramiento de la vida del barrio, ya que el predio está ubicado a pocas cuadras de Plaza Once y muy cerca de la zona de hospitales, por lo que la realización del mismo hubiera significado un desquicio urbano.


La lucha de los vecinos logró derribar ese proyecto, lo que provocó la decisión del dueño del terreno, Micrisol S.A., de alquilar el predio para que allí se instalen canchas de fútbol 5, un bar y estacionamientos -que hasta el día de hoy siguen funcionando sin habilitación- lo que marcaba la connivencia del oficialismo porteño con los propietarios inmobiliarios.


Por estos días, se conoció que el trámite para la habilitación de estas canchas fue presentado por el estudio 3S Arquitectura, del cual son socios Daniel Chaín y Héctor Lostri, ex funcionarios de primera línea del gobierno de la CABA, y actuales Ministro de Obras Públicas y Desarrollo Urbano y Secretario de Planeamiento de la Ciudad, respectivamente (Página 12, 12/16).


Contra el funcionamiento irregular de este complejo de negocios también actuaron los vecinos, presentando denuncias permanentemente, al tiempo que exigían por vía parlamentaria el tratamiento del proyecto elaborado por ellos.


El proyecto de los vecinos y el del gobierno


Los vecinos y las organizaciones integrantes de la asamblea Manzana 66, redactaron un proyecto alternativo al del gobierno para destinar el terreno a las necesidades reales de la población trabajadora del barrio.  El proyecto original de los vecinos, que el Partido Obrero en el Frente de Izquierda apoyó desde el inicio, contemplaba la expropiación de la Manzana 66 para edificar una escuela de nivel inicial, un centro de jubilados, un polideportivo, un edificio propio para el Conservatorio Superior de Música "Manuel de Falla" y una plaza.


El jueves 24 de noviembre la Legislatura porteña aprobó -con el voto de las bancadas del PRO, ECO y parte del FPV- la primera lectura de un proyecto que establece que la manzana 66 sea destinada a una plaza pública, destinando un 10% del mismo para una institución educativa o sanitaria, y la construcción de estacionamientos subterráneos. Como contrapartida, establece que los actuales propietarios de la manzana 66 sean resarcidos con la cesión de un terreno público en el barrio porteño de Saavedra, que será rezonificado para que allí puedan construir megatorres de hasta 100 metros de altura, tres subsuelos de estacionamientos y locales comerciales.  De este modo, el gobierno concedió en parte al reclamo vecinal,  retaceando aspectos importantes que hacían a una serie de necesidades de los trabajadores y la juventud del barrio.


La cotización de la permuta la hizo el Banco Ciudad en base a un proyecto presentado hace tres meses por 3S Arquitectura para la construcción de megatorres que duplican la altura máxima permitida en Balvanera. Su objetivo era sobrevaluar la manzana para equiparar su cotización con la del lote de Saavedra, de mayor valor. Esta tasación falsificada fue avalada por el Gobierno de la Ciudad.


Por su parte, los vecinos de Saavedra proponen que ese terreno sea destinado a la construcción de una escuela, y vienen luchando desde hace años contra el túnel bajo Av. Balbín, que empeorará la situación de un barrio tristemente célebre por las inundaciones recurrentes.


Basta de extorsiones


Desde el Partido Obrero alertamos que con este tipo de proyectos el gobierno, con el apoyo legislativo de la oposición tradicional, quiere dar el mensaje de que sin megaproyectos no hay espacios con función social, lo que hemos definido como una suerte de “asistencialismo inmobiliario”. Por eso nos abstuvimos de votar el proyecto, que suponía una conquista parcial de los trabajadores y vecinos de Balvanera a un costo muy alto para quienes habitan el barrio de Saavedra.


Llamamos a la ciudadanía, las asambleas y los trabajadores a debatir y luchar consecuentemente por un desarrollo urbano del conjunto de la Ciudad con más plazas, parques, escuelas e instituciones sanitarias, en contraposición de los negociados inmobiliarios que saturan los servicios, encarecen el suelo, los alquileres y el acceso a la vivienda.


Video de Marcelo Ramal en la Legislatura