Políticas

29/8/2019

Mar del Plata: los desafíos para la próxima fase

El escenario después de las PASO

A poco días del reinicio de la campaña electoral, Mar del Plata se ha convertido en un frente de disputa entre los ajustadores, ya que el resultado de las PASO dejó un escenario abierto de cara a octubre y tanto Cambiemos como el Frente de Todos podría, en principio, ganar la intendencia.


Arroyo, el actual intendente, quien se presentó por fuera de las listas de Cambiemos, cayó en votos de manera estrepitosa (5,10%), devorado por la crisis que ahoga a la ciudad, arrasada por un 24% de pobreza. Este año el distrito alcanzó los índices de desocupación más altos de los últimos 15 (casi 13 %), a los que se suma un 39% de trabajadores/as precarizados/as (17,5% de subocupados y 21,6 % de ocupados demandantes de empleo), con una ola de 200 despidos en el puerto, despidos “por goteo” en la industria y el comercio y un ajuste en todas las áreas del Estado municipal, que incluye la rebaja salarial del 30% a la docencia municipal.


A contramano de la nación y la provincia, Cambiemos se colocó como primera fuerza, con un 35% entre las dos listas que fueron a internas, con la novedad de la victoria de Guillermo Montenegro (20%), candidato de Vidal y virtual interventor de la ciudad, quien votó en contra de la legalización del aborto en diputados y era jefe de seguridad de Macri durante la represión en el Borda. Montenegro se impuso sobre la radical Baragiola, miembro de la actual gestión municipal y su principal candidata en 2017. Fernanda Raverta, la candidata del Frente de Todos, que hace gala de haber sido la más votada (27,6%), no traccionó los votos que sacaron a nivel nacional y provincial sus listas, quedando 20 puntos por debajo de Kicillof. Otra novedad de la elección es el 17,37% que obtuvo el ex intendente Pulti, antiguo aliado de los K, quien se presentó con boleta local y con una campaña centrada en el llamado a cortar boleta para evitar tanto despegarse como comprometerse con unos y con otros.


Aunque la suma de las listas de Cambiemos le daría el triunfo a Montenegro, no hay nada asegurado en este sentido, pues tanto Pulti como Raverta han saldo a conquistar el voto de Baragiola y, más importante aún, el derrumbe nacional del macrismo, agravado por el desenvolvimiento de la crisis podría arrastrar a su candidato local. Raverta, que necesita pegarse más a Fernández y Kicillof, anuncia una y otra vez que quiere poner la ciudad en línea con provincia y nación. Esto significa, en especial, avanzar con la reforma laboral, dándole un impulso al proceso de flexibilización que ya enfrentan los trabajadores marplatenses, por ejemplo en Textilana y Eskabe. Por ello, su campaña hacia las PASO y ahora hacia octubre se orienta especialmente a asegurar el apoyo del empresariado local, manifestando su preocupación por la competitividad del comercio y la industria, tal como afirmó en su reciente reunión con el empresario Martín Cabrales.


Las reuniones de Raverta con el empresariado son una marca de su campaña, ya se ha reunido con empresarios gastronómicos, hoteleros, concesionarios de playas, con el magnate pesquero José Moscuzza, con Carlos Rottemberg, (administrador de seis salas de teatro comercial) y, junto con Alberto Fernández, participo de las reuniones con Marcos Galperín (Mercado Libre) y con una veintena de empresarios del sector turístico. A todos ellos les asegura la defensa de sus intereses y el apoyo a la flexibilización. Si de reuniones se trata, es de destacar que se reúne periódicamente con el obispo Mestre para debatir y acordar políticas para la ciudad, es decir que convengan a la pastoral y tengan su visto bueno. Sin vueltas, esto la coloca en la vereda de enfrente de la lucha por la separación de las iglesias y el Estado. Su bancada, además, dejó pasar la prórroga de la concesión del transporte y los aumentos del precio del boleto, permitiendo la cesión de facultades a Arroyo para que aumente por decreto. La misma responsabilidad le cabe al bloque de Pulti, cuyo apoyo a esta ordenanza fue decisivo para que saliera.


El escenario local plantea el desafío de desenmascarar las ilusiones que los/as trabajadores/as colocan en el nacionalismo burgués, denunciando la naturaleza de la candidatura de Raverta, al servicio de los negocios privados capitalistas. Coloca también la necesidad de consolidar un polo independiente de organización que enfrente el conjunto de medidas dispuestas a que los/as trabajadores/as paguemos la crisis, como un nuevo aumento del boleto de colectivo que ya se está discutiendo y la creación de una “guardia urbana”, sacando de la galera una nueva fuerza represiva para la ciudad, que se suma a la policía local de Pulti y al desembarco de los gendarmes de Bullrich. Ni Montenegro/Baragiola, ni Raverta, ni Pulti son una opción para la clase trabajadora marplatense.


Cobra plena vigencia el programa de 20 puntos del Frente de Izquierda Unidad en defensa de los salarios y los puestos de trabajo, por la ruptura con el FMI y el no pago de la deuda externa.  El acierto de esta agenda, con la que fuimos a la campaña electoral, vinculada a las luchas en curso y las reivindicaciones populares se evidencia en que pudimos sostener el piso de votantes del FIT e incluso superarlos en la categoría de Diputados Nacionales. Lo mismo expresa el nucleamiento de fiscales y nuevas relaciones que ya se han sumado a las actividades de agitación en barrios y puertas de fábricas, mostrando una voluntad de los/as trabajadores/as marplatenses de organizarse contra el ajuste.


El debate por profundizar y unificar un plan de lucha es fundamental, coloca a la orden del día el paro de 36 horas y la necesidad de discutir con los/as trabajadores un congreso de delegados/as de base de todas las centrales que discuta e impulse un plan de lucha nacional. Al pacto entre devaluadores tenemos que enfrentarlo con los/as trabajadores/as en las calles, siguiendo el camino de las movilizaciones de desocupados/as y la movilización impulsada por el Plenario del Sindicalismo Combativo. Al régimen del FMI lo enfrentamos construyendo una alternativa política independiente para los/as trabajadores/as.