La pelea entre el grupo Clarín y el gobierno ha llegado al mundo del espectáculo. Esta vez, las noticias sobre las guerras intestinas entre vedettes fueron desplazadas por las suspicacias creadas en torno de las preferencias de la Asociación de Periodistas de Televisión y Radiofonía de la Argentina (Aptra) a la hora de repartir los Martín Fierro en la noche del 24 de agosto.

Para que no queden dudas: de un total de 29 ternas televisivas, 18 premios fueron otorgados a Telefé, cuatro a América TV y tan sólo siete a Canal 13, integrante del grupo Clarín. Otro tanto ocurrió con los premios a la radio: de las 14 estatuillas a repartir, sólo una quedó para radio Mitre, que forma parte del mismo grupo.

Un momento de “tensión” se creó cuando fue anunciado el ganador de la terna “Mejor noticiero”, “Visión 7 Internacional” de Canal 7, y premiado Pedro Brieger, en el rubro “Mejor labor periodística masculina”. Sin embargo, la “sorpresa”, seguida de escándalo, llegó cuando se anunció que la estatuilla al “Mejor programa deportivo” quedaba en Canal 7 por la transmisión de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, frente al eterno ganador: “Fútbol de Primera”, de Canal 13. Ocurre que los acuerdos entre la AFA y el gobierno para rescatar a las patronales del fútbol, con la consiguiente “expropiación” a TyC Sports (grupo Clarín) de los derechos de televisación del fútbol, ya desató un proceso de coqueteo por parte del periodismo agrupado en Aptra, temeroso de quedarse afuera del nuevo negocio.

Con todo, no faltarán “progresistas” que quieran presentar las decisiones de Aptra como un acto de estricta justicia “nacional y popular”. A no ilusionarse. La puja entre el gobierno y Clarín no guarda ni suspiros de inocencia. Por el contrario, remite a la pelea más general entre el gobierno pseudo nac & pop y la oposición gorilo-sojera. La democratización del fútbol, de los medios y de la cultura en general no vendrá de la mano de ninguno de estos sectores. Los trabajadores no tenemos motivos para elegir entre Grondona o Ávila, “Marcelo” ó “Mirta”; detrás del telón y las bambalinas, lo único que están arreglando es cómo cerrar el negocio.

Natalia C.