El gobierno del FPV en Pehuajó asumió como el representante de la “nueva polìtica”. Tres años después, ha recreado con creces los vicios de sus ex socios políticos de los ’90.

La salud, las escuelas y los comedores escolares están en franco deterioro. Las calles parecen Irak. Las cloacas están rebasadas. Casi no hay agua corriente (la poca que circula contiene arsénico).

La falta de viviendas y una espectacular especulación inmobiliaria ha llevado los alquileres por las nubes.

Mientras, sigue la explotación de los trabajadores rurales (con la complicidad de la burocracia de Uatre), de las compañeras que hacen trabajo doméstico a 3,50 pesos según tarifa oficial, en negro, y sin sindicalizar. El Municipio contrata a los compañeros de los planes por un adicional de 150 pesos; trabajan jornada completa, en negro y sin ningún derecho, ni siquiera a sindicalizarse.

Todos los problemas que dejó el radicalismo se han potenciado con el gobierno de Mascheroni (FPV), en medio de un espectacular enriquecimiento de los hacendados y contratistas rurales (Cargill, Grobocopatel, entre otros).

A todo esto hay que agregar las continuas denuncias de corrupción entre las distintas fracciones del PJ-FPV.

En estos días se ha producido una nueva fractura entre el intendente y el Concejo Deliberante, por la intención de Mascheroni de vender tierras fiscales. El gobierno se ha desmembrado; los dirigentes del bloque de concejales quiere preservarse del hundimiento de Mascheroni y "guardarse" para aparecer como candidatos del FPV en las listas de octubre.

Ninguno de los candidatos kirchneristas, como Zurro, Centeno o Deo, ni tampoco los de Lavagna-UCR o Trape (ex funcionario durante la dictadura militar, luego radical y ahora “vecinalista”), quieren empujar a este verdadero cadáver político. En eso, constituyen un bloque único.

El Partido Obrero caracteriza a Mascheroni como el De la Rúa local. Denuncia la complicidad de todos estos personajes y llama a los trabajadores, comerciantes, chacareros y luchadores sociales de los barrios y sindicatos a convocar una asamblea popular soberana que reclame la inmediata caducidad de este gobierno y que discuta una alternativa política favorable a los trabajadores.