Políticas

15/5/2023

Massa balconea la inflación con medidas recesivas y más ajuste

Suba de la tasa de interés, “controles” e importación de alimentos, entre las principales acciones anunciadas.

Sergio Massa.

El gobierno nacional anunció una serie de medidas, luego de la reunión económica del ministro Sergio Massa con funcionarios y ministros del gobierno, con el objetivo de contener la escalada inflacionaria. Se trata de un poco más de lo mismo, con políticas recesivas, beneficios a las patronales y controles para “contener” un resultado que está inscripto en el ADN del pacto antiobrero con el FMI.

La reunión fue fruto de un nuevo dato negativo de la inflación, con los precios ascendiendo un 8,4% promedio para el mes de abril y un alza interanual que supera el 108%, con los alimentos en la picota.

Entre el paquete de medidas anunciadas se destaca una nueva elevación de la tasa de interés, llevando la TNA al 97% y la tasa efectiva al 152%, lo que adelanta la profundización de una política recesiva que liquida la inversión y el consumo financiado (tarjeta de créditos, financiamiento, etc.). Además de que esto tendrá su impacto negativo en los cientos de miles de millones de pesos que paga el gobierno a la banca privada en concepto de intereses por Leliqs y Pases Pasivas, algo que además alimenta la emisión monetaria y la inflación.

El gobierno busca “compensar” este encarecimiento del consumo con una rebaja de 9 puntos porcentuales en el financiamiento del programa Ahora 12, que promociona una oferta limitada de bienes de origen nacional. Algo extremadamente acotado y estéril, cuando la orientación general es la contraria.

A su vez, se habilita al Mercado Central a importar alimentos frescos y productos esenciales, con aranceles cero, cuando los precios de los alimentos suben por el impacto de las exportaciones subsidiadas por el gobierno, que empujan hacia una internacionalización de los precios. El gobierno ahora alentaría las importaciones aunque carece de dólares, justamente lo que indicaba “no hacer”, y sin que esto garantice ningún resultado.

La liberalización de las importaciones en ciertos sectores también atenta contra la industria nacional y agrava la extorsión patronal contra los trabajadores y sus demandas salariales, bajo la excusa de sostener la “competitividad”.

En última instancia no existe ningún esquema para que esos eventuales “precios baratos” importados se trasladen a los comercios. Es lo que ocurre en casos como el de la multinacional Bridgestone, que importa neumáticos al valor del dólar oficial -a pesar de contar con la capacidad para producir en el país- y los comercializa a los altos precios nacionales, enriqueciéndose a costa del Estado y maniobrando contra los trabajadores.

En términos cambiarios, el gobierno extenderá los controles sobre los dólares financieros, estrechando aún más las limitadas oportunidades de compra de los pequeños ahorristas y cuando los capitalistas fugan millones bajo diversas artimañas; mientras que buscará ajustar el dólar oficial al desenvolvimiento de la inflación y las expectativas devaluacionistas, lo que de seguro impactará con mayor inflación.

A pesar del notorio fracaso de todos los montajes de “controles de precios” Massa anunció otra medida en esa dirección, con la creación de la Unidad de Seguimiento, Trazabilidad y Promoción de las Operaciones de Comercio para monitorear el comercio interno y externo. Algo que el gobierno ya conoce y que no ha redundado en ninguna medida real contra los “formadores de precios”, empezando por la responsabilidad del propio gobierno, con aumentos en las naftas, salud, educación, tarifazos, etc.

También habrá, como era de esperarse, beneficios fiscales para los capitalistas, con la financiación de las deudas tributarias y sociales para las patronales, y la aceleración de permisos de importación, medio por el cual muchas patronales internacionales triangulan operaciones para hacer negocio con la brecha cambiaria, sin control real alguno.

Por último, el gobierno pretende obtener una adelantamiento de los 10.400 millones de dólares de desembolsos previstos por el FMI y la aplicación el swap con China para “subsanar” la carencia de dólares, cuando la sequía y la fuga de capitales más golpean las reservas de dólares del Banco Central.

Las medidas anunciadas por el gobierno no se acercan ni un poco a un programa contra la inflación y dejan planteada la continuidad del alza de los precios con mayores presiones y ajuste contra el pueblo trabajador. No se puede tapar el sol con la mano, ni al FMI con anuncios.

Para parar los estragos de la inflación es necesario afectar los intereses capitalistas, nacionalizar el comercio exterior, intervenir la cadena de valor de los principales bienes y servicios, recomponer salarios y jubilaciones, generar empleo y, por sobre todo, terminar con el pacto entreguista y ajustador con el FMI.