Luego de la derrota electoral que ungió a la derecha en el poder, Sergio Massa se reunió con la conducción de la CGT, a días del paro convocado por la central para el 24 de enero. Presuntamente, dicha reunión conformó un intento por “reorganizar” al peronismo, quien hizo toda su campaña llamando a “combatir a la derecha” pero que hoy pareciera brillar por su ausencia en la lucha contra ella, mientras el gobierno empobrece cada vez más a la población y busca arrebatarle sus conquistas en todos los ámbitos.

Luego de que el gobierno aplicara un “rodrigazo”, que encareció el dólar un 118%, que impulsara nuevos tarifazos, boletazos y naftazos, que atizara los niveles de inflación hasta llevarlo al 30% mensual, que firmara un DNU que barre con todos los derechos laborales y que desregula la economía en beneficio de las patronales y en detrimento de los consumidores, y que presentara una Ley Ómnibus que ataca hasta las libertades democráticas, algunas fuentes aseguran que Massa no se mostró muy de acuerdo con el paro, calificándolo como “apresurado” y agregó: “si a 45 días le haces un paro general, a los 90 días, ¿qué haces? ¿Un bombardeo?”.

Si sumergir a más de la mitad de la población en la pobreza, liquidar salarios y jubilaciones hundiéndolos incluso por debajo de su piso histórico, arremeter contra los derechos laborales y el derecho a la protesta, y aplicar un brutal ajuste fiscal que se lleva puesto las esferas públicas más fundamentales no son motivos para llevar adelante un paro ¿cuál si lo es? Todo esto mientras los capitalistas festejan con bombos y platillos las facilidades para seguir sobreexplotando a los trabajadores y desangrando al país.

De fondo, esto no es más que la confesión de que el programa de Milei no estaba en las antípodas del programa massista, como lo querían presentar. Esto fue incluso confirmado por el propio Rubinstein, exviceministro de Economía de Massa, quien sostuvo en una entrevista que “la devaluación y el ajuste fiscal eran necesarios”. También tuvo su expresión en el armado de listas, sobre todo del conurbano, donde el massismo y el peronismo le pusieron los candidatos a Milei.

A su vez, el hecho de que Massa se pregunte qué hará la CGT a los 90 días de gobierno de Milei desnuda que el plan del peronismo no es ponerle un freno al gobierno totalitario y hambreador de Milei, sino dejar transcurrir el mandato y, en el mejor de los casos, abrir la cancha para una negociación, por lo que no sorprendería que la CGT tome eventualmente la misma orientación.

Tal es así que las mismas fuentes indican que Massa les dijo a los dirigentes sindicales que quiere demostrar que “hay un camino alternativo al ajuste y la devaluación”, pero advirtiendo que lo hará “desde la discusión de ideas y no del liderazgo político”. De una u otra manera, todo indica que buscan arrimar posiciones con el gobierno, no enfrentarlo, lo que le abrirá pasó a Milei para descargar el ajuste sobre las mayorías populares.

Hasta el propio Grabois, dirigente peronista de Patria Grande, del MTE y de la Utep, y que pasó de opositor en las Paso a una militancia activa a favor de Massa, hoy se lamenta afirmando que los grandes dirigentes del peronismo no aparecen.

Este es otro capítulo más de la crisis del peronismo, la cual decanta de su fracaso para cumplir con las demandas de las mayorías. Son los responsables del triunfo de Milei, puesto que produjeron un aumento sin precedentes de la pobreza, llevaron al país a la debacle, en nombre del Estado y la justicia social, abriéndole el paso a políticas reaccionarias y antipopulares que solo profundizarán ese camino.

Ahora ni siquiera conforman un polo de organización popular para enfrentar esta ofensiva, al contrario, le allanan el camino al gobierno. Es por eso que los trabajadores tenemos que organizarnos de manera independiente, en defensa del salario, de las jubilaciones, de los puestos de trabajo, del derecho a la protesta y de todas nuestras conquistas, y por detrás de un programa político que levante esas banderas.

El consejo de Massa a la CGT es una orientación que la burocracia sindical está siempre dispuesta a considerar. Por eso, una primera parada es el paro del 24 de enero, el cual es fundamental tomar en nuestras manos para garantizar una movilización histórica que derrote a la “motosierra” de Milei.

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