El acto en Aeroparque, donde se anunció la recuperación de un avión utilizado en los vuelos de la muerte bajo la dictadura militar, despejó cualquier duda que pudiese haber acerca de que la candidatura de Sergio Massa está bendecida por Cristina Kirchner, quien además, intentó ungir la figura del ministro con la pátina de los derechos humanos. Esto demuestra que el titular de Hacienda, a la hora de reforzar el ajuste sobre el pueblo, cuenta abiertamente con el respaldo del kirchnerismo.

Finalmente, las críticas de CFK al pacto con el Fondo aparecen como una verdadera impostura, cuando se decide apoyar la candidatura a presidente de Sergio Massa, quien ha asumido como ministro de Economía en agosto 2022, tras la salida de Guzmán, con el objetivo de aplicar más rigurosamente el programa del FMI. Sin ir más lejos, según los datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso en los primeros cinco meses del 2023, el gasto primario real cayó 6,4% en términos interanuales, y, dentro del mismo, retrocedieron 5,4% las jubilaciones, 30% las asignaciones familiares y 8,4% la prestación alimentar, entre otros recortes. En contraste, durante el mismo período, el gasto en intereses de deuda aumentó 17% interanual.

Massa no solo se valió de la estampida inflacionaria para licuar el gasto social, sino también para que pierdan los salarios, fijando una pauta irrisoria del 60% hasta fin de año, con la anuencia de la burocracia sindical. Lo anterior, no ha hecho más que hundir en la pobreza a nuevos sectores de la población: según un estudio de la Universidad Torcuato Di Tella, antes de la asunción del ministro había 16.810.732 pobres en Argentina, y, en la actualidad, estos ascienden a 20.172.769.

Quienes le hacen frente a esta realidad son los luchadores y luchadoras de la Unidad Piquetera, poniendo en pie comedores populares para paliar el hambre en las barriadas y ganando las calles por trabajo genuino, asistencia alimentaria y contra el recorte de los programas sociales. Esa pelea tiene su expresión política en la lista “Unidad de luchadores y la izquierda” en el FIT, encabezada por Gabriel Solano y Vilma Ripoll, que reúne a cientos de piqueteros de todo el país, que cotidianamente desafían la malla de contención que quieren imponer los punteros de los partidos del régimen sobre los sectores más postergados para que no se rebelen contra quienes gobiernan.

Como vemos, el kirchnerismo solo pretendía eludir su responsabilidad en las consecuencias ruinosas del rumbo fondomonetarista haciendo demagogia, pero lo cierto es que abreva en esa orientación, al punto de encumbrar a un alfil de la Casa Blanca como candidato a presidente, el mismo que además, durante su gestión, se ha encargado de empeorar los índices sociales que mencionamos. Lo cual no debe sorprender, teniendo en cuenta que los funcionarios cristinistas están a la vanguardia del ajuste en las carteras que dirigen, como la hambreadora de jubilados, Fernanda Raverta, al frente de la Anses.

No hay “pragmatismo para enfrentar a la derecha” que valga cuando tu lista la encabeza un funcionario que en diez meses incorporó más de tres millones de personas a las filas de la pobreza. Es un discurso al servicio de que los trabajadores nos cavemos nuestra propia tumba votando ajustadores. Dicho pragmatismo solo favorece a los carreristas de La Cámpora y compañía, quienes se asegurarán al menos lugares en el parlamento para continuar cobrando sus dietas exorbitantes a costa del pueblo.

Los trabajadores, en cambio, debemos reunir fuerzas para enfrentar los planes antiobreros que tienen en carpeta tanto Unión por la Patria como Juntos por el Cambio, en caso de ganar, para después de las elecciones. En ese sentido, votar y organizarnos con la lista “Unidad de luchadores y la izquierda” en el FIT, integrada por quienes vienen luchando contra esa agenda, es golpear en lo más profundo a los agentes del FMI y las patronales que nos quieren hacer pagar la factura de la crisis.

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