En declaraciones hechas en el noticiero central de A24, Sergio Massa señaló que los trabajadores no deben pagar el impuesto a las ganancias, “porque su ingreso es remuneración y no ganancias”. Siguiendo esa misma línea, planteó que los trabajadores no pueden “pagar igual que un gerente o un director de una empresa”. “Hay que gravar -agregó- la renta financiera y el juego”, en oposición al esquema regresivo actual.

A pesar de estos planteos, el proyecto de ley presentado por Massa, el año pasado, no modifica un ápice el esquema tributario actual (regresivo): apenas fijaba una pequeña suba del mínimo no imponible. El proyecto en cuestión nunca tuvo por objetivo la abolición del “impuesto a las ganancias” sobre los salarios, como sí lo tiene el proyecto presentado por el bloque del Partido Obrero y el Frente de Izquierda.

Este planteo “progresivo” extraña en alguien que ha gobernado y dirige el distrito de Tigre, donde el casino es una de las principales atracciones turísticas, el cual embolsa más de 160 millones anuales (declarados), y donde avanza sin pausa la especulación inmobiliaria de los barrios de lujo, que ya se ha devorado el 60% del suelo urbano al amparo del poder político.

Esta ha sido la política de Massa, tanto en su fase kirchnerista como desde la oposición. Su actitud y la del actual intendente Julio Zamora, con respecto a los especuladores, es de una adhesión “activista”, participando fervorosamente de foros y reuniones del Salón Inmobiliario de Tigre (SIT), donde se corta el bacalao del negocio. ¡Qué contraste con los barrios inundados y un déficit habitacional que supera el 20% -según las dudosas cifras oficiales!

Esta “radicalización” de Massa -un salto en la demagogia que venía realizando sobre el impuesto al salario, para alinear detrás de sí a un sector de la burocracia sindical- obedece a un intento desesperado por levantar su imagen y frenar su caída en las encuestas. Más aún, cuando el cofundador del Frente Renovador, Darío Giustozzi, está evaluando romper filas y volver al kirchnerismo, ante la posibilidad de perder el Almirante Brown si va pegado a la lista de Massa.

Massa comparte con Scioli y Macri la misma orientación ajustadora. Que tenga que recurrir a la demagogia “por izquierda” revela que el ajuste es un plato que la clase obrera no va a degustar pasivamente. En definitiva, esa tendencia está en la base del avance del Frente de Izquierda.