Candidato del Mas-I.U.
Méndez Carrera: “La ley de amnistía había que haberla dictado en 1983”

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Uno de los aliados del Mas en la “interna" de Izquierda Unida fue la Corriente de Izquierda Universitaria, conocida en su ámbito de actuación por un notorio “amarillismo'’ y conocida en el plano político por proponer la supresión del servicio militar pero no las fuerzas armadas -lo que significa que aboga por un ejército de comandos o mejor dicho de "carapintadas” (ver P.O. N° 256). Es natural entonces que en los hechos de La Tablada el Mas y la CIU, tomaran partido por estos últimos.
Ahora hemos tenido oportunidad de “conocer” a otro aliado del Mas, el abogado Horacio Méndez Carrera. El diario Río Negro, en una entrevista (19/12), lo presenta como “elegante”, “pinta de niño bien" y hasta “liberal". Un candidato ideal, como se ve para I.U., en especial en la Capital Federal.
Méndez Carrera se dice oriundo de la clase “alta” y no tiene inconvenientes en señalar que entre sus amigos está Beccar Varela (el fascista dirigente de Tradición, Familia y Propiedad); que es socio del Jockey Club; que tiene “una cantidad importante de amigos que han firmado la solicitada a favor de Videla”; y que “mis mejores amigos, son muy católicos y se dicen liberales".
El Mas presenta a Méndez Carrera como defensor de los derechos humanos, pero esto fue antes de La Tablada, donde el Mas sólo defendió los “derechos humanos” de los seguidores de Seineldin.
De cualquier manera la caracterización es significativa, pues bajo el rubro de “derechos humanos" activa todo un arco que va desde sectores abiertamente proimperialistas (el ex presidente de EE. UU., Carter) hasta toda la gama de defensores del Estado burgués “constitucional". Que en I.U. revistan como candidatos defensores de derechos humanos en general, dice claramente que es un frente liberal. Aun así queda el interrogante, planteado después de La Tablada, de si se trata de defensores “normales" o “anormales” de tos derechos humanos, pues el Mas ha colocado ahora en esta última categoría a Jorge Baños (ver Zamora -“Gente” 2/2/89). Méndez Carrera, de todos modos, fue designado como abogado “oficial" de las monjas francesas desaparecidas, por el imperialísimo gobierno francés, igualmente representado por Mitterrand como por Chirac. Estrictamente en este carácter, es un empleado del imperialismo.
Méndez Carrera no sólo tiene estos atributos sino que también es muy claro. Cuando el periodista le sugiere que “algunos considerarán que eI liberalismo y el Mas son como el agua y el aceite", Méndez Carrera se apresura a negarlo. “Todo lo contrario” -responde. “Mientras éste (el frente de Izquierda) no exista -agrega- no habrá instituciones democráticas afianzadas". Esto quedó muy claro en La Tablada, donde el Mas se alineó con las “instituciones democráticas" (incluida la camarilla militar y los “carapintadas”), y hasta permitiendo un crecimiento en el número de esas instituciones con la creación del COSENA (Consejo de Seguridad Nacional).
El cargo, que le dio Mitterrand sin embargo, le trajo muchos inconvenientes a Méndez Carrera en su vida privada. “Esta actitud me ha costado mucho: perdí clientes, muchas empresas consideraron que mi actuación en derechos humanos era peligrosa para sus intereses”. La reflexión de Méndez Carrera en la entrevista es que “Esto habla de la intolerancia y de la falta de madurez de la sociedad. Incluso fui rechazado por parte de mi familia”. De tal manera que cada vez que Méndez Carrera entra “al baño turco del Jockey Club desnudo... siento algunas flechas dirigidas a mi persona”. Vestido sería otra cosa. Para Méndez Carrera “una ley de amnistía hubiera sido mejor en diciembre de 1983 que haber sufrido las consecuencias de esta degradación en la relación cívico militar”. Es lo mismo que dicen los “carapintadas”. Para Méndez Carrera, este “retroceso" de los civiles frente a los militares hubiera sido menos “costoso” si Alfonsín en el 83 hubiera mantenido la “autoamnistía” de la dictadura. Hubiera sido un modo de “afianzar las Instituciones democráticas” aun cuando entonces no existía todavía I.U. Méndez Carrera también dice que “simpatiza con Federico Storani... un tipo que si bien tuvo que votar la ley de Obediencia Debida, la votó... Uno sabe cómo la votó” (Muy bueno, muy bueno, como diría Neustadt, que también debe tomar baños en el Jockey Club).
Méndez Carrera rescata “la figura de Storani y de otros que han tenido una actitud que refleja a la verdadera ala progresista del radicalismo. Son más liberales, más próximos, utilizan menos el recurso de la mentira y si por ahí mienten la cara los traiciona”. ¡Si se ponen colorados es otra cosa!