Políticas

1/7/2022

Mendoza, los salarios más bajos del país

Necesitamos un paro nacional y un plan de lucha.

Nudo vial de Mendoza

El exgobernador y actual senador de la UCR Alfredo Cornejo declaró recientemente que Mendoza tiene “un nivel salarial promedio bajísimo”, reconociendo la realidad de los sueldos de los trabajadores mendocinos.

Para no ser pobre en Mendoza hacen falta más de 95 mil pesos en mano. Los niveles de desempleo y pobreza superan por lejos la media nacional, lo cual es usado por las patronales para presionar a la baja los salarios. Se aprovechan de la necesidad popular.

Alfredo Cornejo impulsó la política de miseria salarial desde que asumió la gobernación de Mendoza en función de reducir el “costo laboral” para intentar recomponer la tasa de ganancia de las empresas asentadas en la provincia.

La mano en el bolsillo de los trabajadores

En sus primeros tres años, Alfredo Conejo redujo entre un 25% y 35% el poder adquisitivo de los salarios estatales. Esto, con aumentos por detrás de la marcha de la inflación. Más brutal aún: redujo en casi un 40% el “costo laboral” de la provincia adelantando jubilaciones y precarizando el trabajo mediante la incorporación en masa de monotributistas (centralmente entre profesionales de salud) y la utilización de agencias de contratación de empleo, que pasaron de la limpieza de edificios públicos a cubrir lugares en la administración y demás sectores del Estado reemplazando a los trabajadores de escalafón.

Las patronales privadas se vieron respaldadas para avanzar sobre el salario y las condiciones de trabajo. Para esto Cornejo impulsó la modificación de la legislación provincial. La creación de la Oficina de Conciliación Laboral Obligatoria (Oclo) responde a esto y cumple la función de colocar a los trabajadores que tienen un reclamo en una “mesa de negociación” con la patronal, pero en forma individual, es decir, en inferioridad de condiciones y sin posibilidad de apelar a la acción colectiva. En la práctica funciona como un apriete para aceptar acuerdos muy por debajo de las compensaciones que corresponden. También modificó el código procesal laboral para que los juicios tuvieran una caducidad de un año, también la actuación y atribuciones de las juntas médicas para favorecer a las ARTs.

Entre todas estas políticas se destaca el “ítem aula”, un símbolo de las reformas que tienen que ver con la destrucción del salario y las condiciones laborales. La imposición del trabajo por destajo y productividad.

En paralelo a esto ataques se apeló a un endeudamiento brutal para potenciar un festival de subsidios y exenciones impositivas a los grandes empresarios, cuyos vencimientos serán afrontados aplicando un mayor ajuste.

¿A dónde está esa famosa CGT?

Para hacer progresar esta política, Alfredo Cornejo logró la colaboración de las direcciones sindicales que le garantizaron una tregua en nombre de la gobernabilidad. Incluso algunos sindicatos directamente se integraron a su coalición de gobierno, como es el caso de Comercio con el peronista histórico Guillermo Pereyra.

Las direcciones sindicales y las centrales obreras no movieron un dedo. No convocaron a un solo paro general en la provincia con el argumento de que “la base no da”. Un clásico. Lo que claramente no da es el salario y el trabajo para llegar a mediados de mes y la garantía de ajuste de la burocracia.

Cornejo impuso una verdadera carnicería contra el movimiento obrero mendocino frente a la pasividad cómplice de la CGT y la CTA kirchnerista. La idea de que “la correlación de fuerzas no daba” porque la derecha gobernaba el país y la provincia tampoco se modificó con el triunfo de Alberto y Cristina, por el contrario, la burocracia kirchnerista de Sute sigue dilatando lo que claramente es una necesidad: ir al paro por salarios; en cambio, habilita la discusión para avanzar en la reforma privatista que pretende el gobernador Rodolfo Suárez.

Los intendentes del PJ aportaron lo suyo a la baja de salarios teniendo a los municipales por debajo de la línea de indigencia e incorporando las cuadrillas de planes sociales para hacer el trabajo de los municipales.

Paro nacional y plan de lucha por salario y trabajo

La situación no se aguanta más y la respuestas no puede esperar. Los trabajadores de la educación se preparan para ir a la pelea salarial, los trabajadores de Peñaflor enfrentan los intentos flexibilización laboral, en ATM se mantiene el reclamo de aumento salarial, al igual que en los hospitales, en los galpones municipales de varios departamentos ya se realizan asambleas, lo mismo viene impulsando la nueva directiva del sindicato Telefónico, también la Unidad Piquetera viene protagonizando una masiva lucha por trabajo genuino.

La necesidad de unificar las luchas en defensa del trabajo, el salario y contra la reforma laboral que quieren imponer las patronales por la fuerza es central. Necesitamos urgente la intervención de la clase obrera en unidad para colocar sobre la mesa una agenda propia de necesidades y urgencias. Hagamos masiva la campaña por un plan de lucha y paro nacional.

 

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