Mendoza marca el camino

El pueblo mendocino no esperó a nadie. Enfrentó la “ley cianuro” votada por el gobernador de Cambiemos y por el Frente de Todos, que siguió la orientación de Alberto Fernández para que avance la megaminería contaminante.


Frente a este compromiso de todo el régimen político, que permite el cianuro en el agua, la movilización fue tan profunda y contundente que barrió en una semana con la ley que el gobernador se había apurado a promulgar.


Este ascenso popular impactó incluso fuera de Mendoza: el gobierno albertista de Chubut postergó el tratamiento de una ley similar. Los funcionarios sienten pánico al ver el viento de la rebelión popular de Chile corriendo por Argentina.


El acuerdo para que avance la minería contaminante no es casual. Junto a los beneficios para las petroleras, la devaluación de salarios y el ajuste fiscal contra jubilados, son los pilares con los que el gobierno nacional quiere garantizar el pago de la deuda.


El pueblo mendocino se organizó en asambleas y copó las calles. Enfrentó duras represiones. Pero no contó con la CGT ni con la CTA, subordinadas a gobiernos y patrones.


Para discutir nuestros salarios y jubilaciones debemos tomar el método del pueblo mendocino. No el de los entregadores seriales de la burocracia sindical.


A veinte días del nuevo gobierno, la estrategia capitalista sufrió una primera derrota a manos de una movilización popular.


Por el camino de la independencia política del movimiento obrero, de la juventud, del movimiento de mujeres y de todos los reclamos populares, avanzaremos.


Por un salario mínimo igual a la canasta familiar; por un seguro al desocupado que cubra la canasta básica; por trabajo y vivienda; por el 82% móvil para los jubilados; por el aborto seguro, legal y gratuito; por la separación de la Iglesia y el Estado; por el no pago de la deuda externa y la ruptura con el FMI.


Por la vía que mostró el pueblo de Mendoza.