Políticas

13/9/2020

Mendoza: por un verdadero plan de obra pública que garantice vivienda y trabajo

Las constructoras han hecho sus negocios con los fondos de la obra pública.

En los últimos días se conoció un informe redactado por las cámaras patronales de la construcción en conjunto con la Ucim (Unión Comercial e Industrial de Mendoza) en cual detallan que las empresas constructoras viven la peor crisis de su historia. Allí dejan en evidencia que sin parasitar el presupuesto del Estado se encaminan a la quiebra de gran parte del sector. Ya que enmarcan su crisis en la falta de nuevas licitaciones de obras; falta de crédito y una redeterminación de precios para los pagos en diferidos, que siempre va por arriba de la inflación, que según ellos no refleja la realidad.

A esta situación le agregan el reclamo de agobio fiscal y la imposibilidad de despedir personal, aunque contradictoriamente reconocen que desaparecieron más de 10 mil empleos y más de 150 mil a nivel país. En un sector donde reina la precarización laboral y el trabajo informal, lo que acrecentaría mucho más dichos números.

Por una salida de los trabajadores a la bancarrota de empresarios de la construcción

Si bien la política central tanto de Cambiemos como del peronismo sigue puesta en garantizar que las empresas constructoras mantengan su lucro privado con refacciones de arterias y plazas principales de la Ciudad o el caso del municipio de San Rafael, como destacado, la necesidad de destinar recursos al pago de las enormes deudas usurarias y el propio desarrollo de la crisis en curso las empuja a un callejón sin salida del quebranto general, con su correspondiente efecto para las familias trabajadoras.

Ante este escenario cobra vital importancia la tarea de imponer un programa que anteponga los reclamos de las familias trabajadoras de vivienda y obra pública en sus barriadas; la refuncionalización de los galpones municipales de obras y la puesta en marcha de una empresa constructora provincial bajo control de sus trabajadores que garantice la estabilidad laboral y los salarios dignos, en contraposición a los salarios de hambre que se reciben hoy, en el mayor de los casos en negro. Por último establecer una bolsa de trabajo, controlada por las organizaciones de trabajadores desocupados, que garantice el acceso a los trabajadores bajo convenio.

Con este horizonte llamamos a movilizarse y concentrarse el próximo 17 de septiembre en la jornada convocada por el clasismo combativo por la recomposición salarial y la apertura de paritarias, por la prohibición de despidos y suspensiones, la defensa de protocolos de bioseguridad bajo control de sus trabajadores; ni un peso para la deuda, abajo el acuerdo con el FMI, por la obra pública para las barriadas de trabajadores.