Desde la mañana de hoy tuvo lugar una nueva “contramarcha” de vendimia en Mendoza, minutos antes del tradicional carrusel. Se da en el marco de la primera vendimia que tiene lugar luego de la enorme victoria popular en diciembre contra la megaminería.

Las asambleas por el agua se movilizaron con el eje puesto en la prohibición del fracking que se desarrolla en nuestra provincia y en defensa del agua. La marcha también fue escenario de importantes reivindicaciones de la agenda de los trabajadores y trabajadoras. Asimismo, estuvieron presentes el reclamo salarial, frente al ajuste en educación, por parte del Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación de Mendoza (Sute) -la única gremial que marchó-, y los de las mujeres en las vísperas del 8 y 9 de marzo.

Nuestra columna

Marchamos bajo la consigna “por una vendimia por trabajo, vivienda, tierra y agua”. La columna del Partido Obrero organizó a unos 750 compañeros y compañeras, muchos de ellos obreros y obreras de la cosecha.

Denunciamos que no puede existir ninguna festividad cuando en los barrios hay hambre y mientras las patronales del vino, el gobernador Rodolfo Suárez y todo el régimen político festejan en hoteles de lujos los negocios vitivinícolas y turísticos.

Los verdaderos protagonistas de esta fiesta, los trabajadores y trabajadoras de viña, viven en condiciones de superexplotación, cobrando una miseria que va de 13 a 19 pesos el tacho de uva. 

No existe una crisis del “campo” o del “vino”, como repiten sistemáticamente las cámaras patronales. Lo que está agotado son las relaciones sociales de producción que se concentran cada vez más en la acumulación en pocas manos, frente a la necesidad de la inmensa mayoría explotada.

La única salida es de la mano de quienes trabajan la tierra y crean riquezas; es decir que el “campo” necesita profundas reformas para satisfacer las necesidades sociales como alimentos y vivienda. Los socialistas retomamos la tradición histórica de los obreros cuyanos y su reclamo de “que la tierra sea para quien la trabaja”, y la urgente necesidad de proceder a una reforma agraria.

El pueblo le da la espalda al gobernador

El dato llamativo de la jornada fue la escasa asistencia de gente a la espera del paso de las reinas de cada departamento. Años anteriores la gente se agolpaba para recibir de parte de los carros algún vino o algunas frutas.

Es la respuesta a la creciente crisis económica y social que no mengua; al descrédito creciente  del gobierno y la oposición patronal, que intentaron meter de “prepo” la megamineria; y al apropiamiento de la fiesta de vendimia por parte de las corporaciones agrarias y turísticas.

Este no es un hecho aislado, el pueblo manifiesta su descontento en cada ocasión que puede. Así fue en el festival del cosechador y de seguro volverá a ser en el acto central de la fiesta de la vendimia, donde tanto los bailarines músicos y actores van a poner en alto sus banderas de lucha, como vienen haciendo cada año.