Menem – Bush: El Muerto y el Degollado

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EI presidente Menem va a lucir su engominada cabellera en los “courts” de tenis de Washington o Camp David, precisamente en el momento en que su anfitrión, el “golfista” George Bush (300.000 muertos en el Golfo Pérsico), se encuentra ante una seria crisis de gobierno y sin política alternativa a la vista.
Acompañado de Cavallo, Menem pretende que Washington salga en socorro de su agotado "plan de convertibilidad”. El ministro de Economía ya no sabe a qué casa de empeño concurrir para salvar una “estabilidad” que ha permitido el indecoroso y delictivo saqueo del país por las multinacionales de adentro y de afuera. A pesar de sus “imaginativos” recursos de gobierno, el superávit fiscal que anunció desvergonzadamente el pasado fin de semana, fue nada más que un fraude, pues ocultó que los impuestos de las empresas públicas fueron pagados con créditos del Banco Nación (Cronista Comercial, 10/ 11).
El campeón de la “estabilidad” es un saqueador de las finanzas públicas y un emisionista inflacionario.
Pero no solo eso. Según un cable de AFP, “Fuertemente atado a la rigidez de la promesa de Cavallo de que habrá dólar de diez mil australes hasta 1995, su cotización estaba la semana pasada bajo la insoportable presión de dispararse como consecuencia de la apertura de la economía, concede un economista allegado al gobierno” (El Tribuno, Salta, 11/11). Mejor aún, “Habría sido el propio embajador Terence Todman quien advirtió sobre los peligros de un naufragio de la convertibilidad, horas antes de la determinación final de la firma del decretazo (de “desregulación”).
Este gobierno “muerto”, que tiene que gobernar por decreto porque no pasa un exámen ni de sus “olfas” en el Congreso, espera la “ayuda” de un “degollado” con un déficit fiscal previsto de 350.000 millones de dólares y un inminente derrumbe de sus títulos públicos. Los banqueros no saben si van a ser hundidos por una cesación de pagos de Yeltsin... o Bush. Cavallo quiere obtener del yanqui un “perdón” para las deudas atrasadas de Argentina, cuando el yanqui no encuentra, él, quien perdone las deudas públicas norteamericanas, ¡que se aproximan a los dos billones de dólares!
La crisis económica y fiscal de Estados Unidos está poniendo en cuestión el pacto legislativo entre republicanos y demócratas —éste es el Congreso norteamericano ante el cual hablará Menem. El viaje de “nuestro” presidente es en resumen una triste farsa, que traduce perfectamente la inviabilidad del capitalismo y de los capitalistas. Por eso el hombre que está construyendo “links” de golf en la residencia de Olivos con la plata que no tiene para los jubilados, ha decidido tomarse la vida en joda. El exhibicionismo del poder es siempre la señal segura del derrumbe.
El pueblo no tiene nada que esperar, y no debe por lo tanto esperar nada. El salario del 60 por ciento de las familias de la Capital no llega a los tres millones, solo es cuestión de imaginar lo que ocurre fuera de la General Paz. Esto seguirá así, o peor, mientras los Menem y los Bush dirijan los destinos de los pueblos.