Políticas

21/10/1991|343

Son los únicos que dan pérdida

Menem – Cavallo a “retiro voluntario”

Los “especialistas” que azotan este país acaban de descubrir la pólvora. Ahora resulta que el “plan Cavallo no cierra”; que las cifras oficiales del déficit fiscal son “truchas"; que el Banco Central emite moneda en forma clandestina a través de operaciones concertadas con el Banco Nación; que sobre la “estabilidad'' planea ya la amenaza de la inflación; que el propio “auge" de la Bolsa fue el resultado de una maniobra orquestada por el gobierno que hacía aparecer como entrada de capital extranjero los dólares por “privatizaciones” que el Nación le vendía luego al Central; que la plata de las “privatizaciones” se obtenía con mayor deuda con el exterior; y que Cavallo ya no está haciendo los “deberes” como corresponde.

La expresión de esta súbita “pinchazón” del plan económico es la igualmente súbita disputa que ha estallado entre Menem y Cavallo.

¿Pero hay alguna cosa en todo esto que el lector de Prensa Obrera ya no supiera? ¿No fuimos, acaso, el único partido político y la única corriente de pensamiento que semana tras semana fuimos señalando las limitaciones insalvables del plan de convertibilidad y la inevitabilidad de su crisis? Mientras la charlatanería de los “especialistas” y la mediocridad social e intelectual de los “izquierdistas” sucumbía ante la presión ideológica de la gran burguesía internacional y nativa, la cual se llenaba los bolsillos con “privatizaciones” fraudulentas, el Partido Obrero marcó paso a paso la inconsistencia teórica del plan menemista y su completa subordinación a las necesidades Inmediatas de un capitalismo en completa crisis.

Se presentó como la única alternativa a un plan sin perspectivas, y como un planteamiento de recuperación económica a una fórmula de libre saqueo para los grandes monopolios. La resistencia popular fue bombardeada con el slogan de que ella no tenía futuro, frente a las exigencias inevitables de la “modernización”. Hace pocas horas, a un burócrata de segunda línea se le ocurrió que los trabajadores de San Nicolás solo tenían un 1% de posibilidades de victoria, en un inconfesable acto de capitulación política, como si el porvenir pudiera estar en un 99% del lado de los Triaca y los Cavallo. La entrega de la burocracia sindical a la patronal solo es comparable con su completa ceguera frente a la realidad.

Los “especialistas” descubrieron el fracaso del “plan Cavallo” cuando desde la reunión del FMI y del Banco Mundial, en Tailandia, los banqueros mandaron decir que no “toleraban” más dilaciones en el pago de los intereses atrasados de la deuda externa, que ya suman 9.000 millones de dólares. Los a-creedores internacionales no admiten que el gobierno se esté rifando la plata de las “privatizaciones” en cubrir el déficit fiscal y en pagar las “cometas” de los amigos del oficialismo. El FMI le dijo a Cavallo que “prefería” a Brasil, con un 25% de inflación mensual, 80.000 millones de dólares de déficit fiscal y tasas de interés del 1.500% al año, por la simple razón de que Brasil había comenzado a ponerse al día con sus “atrasos”.

El “mensaje” no puede ser más claro: hay que pagar de cualquier manera, no importa si con hiperinflación, pero hay que pagar. El “plan Cavallo” nunca pudo superar esta limitación, a pesar de toda la entrega, el congelamiento de los salarios, las cesantías, la destrucción de la salud y de la educación y el hambreamiento de los jubilados.

Este necesidad de saqueo es comprensible: el Citibank acaba de anunciar pérdidas por cerca de mil millones de dólares y el poderoso pulpo financiero Salomón Brothers no pudo conseguir la refinanciación de sus deudas de parte de la banca japonesa, como si fuera un “vulgar” Hogar Obrero. Todas esas pérdidas fueron provocadas por negocios realizados en los países del "primer mundo”, pero los pulpos priorizan su posibilidad de resarcirlas chupando hasta la última gota de sangre de los trabajadores del "tercer mundo”.

Cavallo ha comenzado a darles pérdidas a los capitalistas, luego de haber sido un completo desastre para los trabajadores. Los Alsogaray y los Menem han empezado a moverle el piso. El círculo de la crisis política se cierra.

¿Qué debemos hacer los trabajadores? ¿“Resignarnos” como “recomiendan” Brunelli o Miguel? ¿Seguir “bancando” un plan que tiene más agujeros que vaquero de adolescente? ¿Permitir que el "chancho” y el “ex-patilla” salgan del paso con un golpe de palacio? Por supuesto que no.

Profundizando las luchas, movilizando al pueblo en su conjunto, dándole la espalda a los partidos patronales, organizando Asambleas Populares, construyendo el Partido Obrero, debemos darle el “retiro voluntario” a los Menem, Cavallo, Alsogaray, Angeloz y Alfonsín — por supuesto que sin indemnización y previa investigación de sus cuentas bancarias y de su gestión de gobierno.