Políticas

21/11/2001|730

Menem o una asociación… en libertad

No por anticipado, la Corte ha dejado de protagonizar un nuevo escándalo.


La libertad de Menem es un acto de arbitrariedad mayúscula. Para dictarla, la Corte se hizo cargo de un expediente que primero hubiera debido ser examinado por la Corte de Casación Penal. Si lo sustrajo a esta instancia, ha sido para evitar una nueva condena a Menem por asociación ilícita. La Corte rechaza esta calificación alegando ausencia de pruebas, cuando el gran mérito del juez Urso y del fiscal Stornelli fue haber agotado hasta tal punto la investigación, que la configuración de una asociación para delinquir no dejó lugar a dudas. Si actuaron como una asociación ilegal; “cobraron” como una asociación ilegal; se encubrieron como una asociación ilegal; y fueron denunciados por testigos como una asociación ilegal; entonces Menem y sus funcionarios conformaron un asociación ilícita. No se le puede pedir al juez que encuentre el acta de fundación y los estatutos de esa asociación.


El juez, por otra parte, fue obligado a profundizar esta línea de asociación ilícita, debido a una orden de la Cámara federal que había cuestionado la ligereza y las dilaciones del propio juez durante seis años. La agenda de teléfonos de Lourdes di Natale es, por si sola, una prueba material de la existencia de una asociación que no podía ser sino ilícita.


La Corte desimputa a Yoma de un cargo que no le fue hecho, el de falsedad ideológica, para usarlo en beneficio de Menem, quien sin embargo firmó decretos de envíos de armas a países que sabía que carecían de fuerzas armadas, conformando esa falsedad.


Menem es liberado luego de haberse pronunciado reiteradamente por la “defensa de la gobernabilidad”, es decir de la continuidad de De la Rúa y de Cavallo, como lo pidiera expresamente el embajador norteamericano a Duhalde hace tres semanas. El gobierno de Bush ha exigido reiteradamente al PJ que defienda a rajatablas a De la Rúa hasta el 2003.


Menem en la calle acentuará la situación de caos, desorientación y zozobra que reina en el peronismo. Para salvar al gobierno, el imperialismo desgasta su carta de recambio, acentuando a término la crisis de poder.


Que Menem se pasee a gusto, como no dejó de hacerlo cuando fingidamente se alojaba a todo lujo en Don Torcuato, mientras Castells y Alí siguen presos, hay tres mil trabajadores procesados y Escasany exige hacha contra los piqueteros; que esto suceda, debe recordarle a los trabajadores qué clase de democracia es la democracia capitalista.