La “renovación "del gabinete no tocó a Alberto Lestelle, el secretario de la Lucha contra el Narcotráfico, dependiente de la presidencia de la Na­ción. La cueva del Estado parece haberse conver­tido en el único refugio de un conjunto de hombres acusados de estar vinculados a la droga y de ejercer el espionaje político para el gobierno, entre cuyos blancos fue mencionado nuestro compañe­ro Jorge Altamira.

La ratificación “de tacto" de Lestelle resulta particularmente destacada luego de que el oficia­lista, menemista, privatizador y liberal diario La Nación se jugara por los “cuentos de una para­guayo que no parece mentir” (5/12), en lo que constituye el mayor aval de credibilidad que le se haya dado hasta ahora a la denuncia del narco Noguera Vega contra Lestelle y su secretaría. La Nación menciona también que Noguera Vega está vinculado al Servicio de Inteligencia de Operaciones Navales. El jefe de este Servicio, Carlos Fernández, habría dicho que la Secretaría de Lestelle “había hecho un acuerdo con el narcotráfico”, según declaró Noguera Vega a la policía brasileña. La verosimilitud de esta cone­xión, como de otros dichos del paraguayo, es aceptada por los brasileños, y tiene mucha simili­tud con la práctica de la CIA de valerse del nar­cotráfico para sus tareas de espionaje político, lo que en numerosas oportunidades la llevó a en­frentarse con la agencia norteamericana dedicada a la lucha contra el narcotráfico, la DEA. La Nación cita también la circunstancia de que los pagos a los terroristas y espías de la Secretaría en el exterior, se realizaban por valija diplomática.

Si se reflexiona un poco, las similitudes entre esta Secretaría y el viejo Ministerio de Bienestar Social, desde el cual operaban López Rega y las “Tres A", son numerosas, solamente son diferen­tes algunas circunstancias políticas Es necesario emprender una movilización publica a tondo para hacer saltar este "nido de ratas " y para determi­nar la responsabilidad del jefe inmediato superior de Alberto Lestelle.