Políticas

18/9/1997|557

Menem y Duhalde mienten, la Alianza consiente

No es la primera vez que Carlitos y Duhalde mienten.


Incluso tienen el hábito de hacerlo en vísperas de elecciones.


Podría decirse que es como una adicción.


La fórmula Menem-Duhalde no solamente prometió el famoso salariazo, sino que en función de gobierno juró que aumentaría a los jubilados con un porcentaje de las tarifas telefónicas y luego con la privatización de YPF. Juraron que nunca indultarían. Dijeron que el PAMI sería dirigido por los jubilados.


Los recientes anuncios de aumentos a docentes y jubilados son otra estafa. Ese aumento simplemente no existe. Lo que sí existe es la decisión de seguir metiendo la mano en el PAMI con el pretexto de sacar plata para pagar jubilaciones y también existe la intención de acabar con los derechos laborales de los docentes y producir despidos masivos con el pretexto de hacer más eficaz el gasto en educación.


El pueblo sabe que mienten.


Pero lo que el pueblo observa quizás menos es que los ‘opositores’ de la Alianza ni siquiera mienten. No hablan directamente de aumentar salarios. Con el pretexto de la desocupación, consideran al obrero ocupado nada menos que casi como un privilegiado. Por eso, sus economistas y políticos defienden la ley de ‘convertibilidad’, la cual prohibe, precisamente, cualquier aumento salarial que no resulte de un mayor ‘rendimiento’ (superexplotación) del trabajador.


Esto permite entender por qué la Alianza denuncia los anuncios de Menem como ‘electoralistas’ y no como simples mentiras, y mucho menos como cortinas de humo de ataques más brutales contra los trabajadores.


Entre mentira y mentira, sin embargo, algo muy importante pasó desapercibido. Pues nada menos que Menem y Duhalde han decidido copiar el programa … ¡de la Alianza! En efecto, el anuncio de que el Estado va a subsidiar a las empresas que tomen trabajadores, pagando 150 pesos del salario durante 18 meses, está calcado de la propuestas que el Chacho hizo en forma reiterada y que la CTA tiene formalmente inscripta en sus reclamos.


Este subsidio está vigente desde hace un año en Fiat, donde el Estado paga 200 de los 400 pesos que cobran los ‘aprendices’ de la planta nueva.


¿Qué significa este subsidio?


De acuerdo a lo que ya ocurrió en Francia para fomentar el primer empleo de los jóvenes, los capitalistas se van a quedar con la plata y no van a tomar a casi nadie. En un régimen donde la clase capitalista evade el 60 por ciento de los impuestos, también puede evadir las obligaciones que comportaría el subsidio. No existe el zorro que cuide un gallinero.


Pero más allá de esto significa un nuevo golpe contra los salarios. Porque las patronales, naturalmente, van a quedarse con esos 150 pesos ofreciendo salarios menores a los actuales más o menos equivalente a esa suma. Como el subsidio es temporal, lo que quedará en definitiva es un salario históricamente más disminuido todavía.


No hay que olvidar, por otra parte, que los 150 pesos no los ponen Menem ni Duhalde, sino los consumidores que pagan los impuestos. Es decir que se le saca la plata al trabajador de un bolsillo con la promesa de ponérsela en el otro. Se trata de una confiscación. Todo lo que ha hecho este gobierno desde su inicio se ha caracterizado por la confiscación directa en perjuicio de los trabajadores.


¡Sólo que esta vez aplica el programa de sus ‘opositores’!


Como diría Ubaldini, alquilado por Duhalde y la Unión Industrial, Menem y Duhalde, por un lado, y la Alianza, por el otro, son lo mismo y todo lo contrario.


¡Fuera los políticos capitalistas y mentirosos!


¡Con el Partido Obrero, con sus candidatos obreros, para tener diputados y concejales obreros, que usen al Congreso y Concejos‘truchos’ como tribunas al servicio de los trabajadores!