Mercedes Benz no se va
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Días atrás, Mercedes Benz anunció “la posibilidad de que la empresa se retire del país si no encuentran solución a los altos costos laborales” (Ambito Financiero, 12/8). De inmediato, los posibles “retiros” ganaron nuevos adeptos, al punto que Sevel también condicionó una supuesta inversión de 300 millones de dólares a la reducción del alto costo laboral (Ambito Financiero, 16/8). Para la prensa capitalista, estos anuncios mostrarían la enorme veracidad de que los altos salarios “desalientan” las “inversiones productivas”. El caso de Mercedes Benz sería más grave, según este periodismo “realista”, porque la patronal alemana dejaría de realizar una inversión de 100 millones de dólares para fabricar un nuevo camión en la Argentina.
El anunciado retiro no es más que un miserable chantaje.
Salarios bajos y curro fiscal
Mercedes Benz de Alemania decidió fabricar en la Argentina un nuevo camión —el T1N . “Esta decisión de la compañía forma parte de la estrategia del grupo de aumentar la producción de vehículos fuera de Alemania ante los elevados costos de la mano de obra” (Ambito Financiero, 11/3). En pocas palabras, ante los altos salarios en Alemania, la patronal decidió fabricar el camión en la Argentina por los bajos salarios argentinos. Con esta decisión, la patronal alemana salió a golpear a los trabajadores de su país y aprovechar la miseria salarial argentina.
Con todo, esto no es lo más importante. “La estrategia de la compañía es la de aprovechar el régimen de especialización industrial impulsado por el gobierno que permite importar con arancel preferencial por el monto equivalente al aumento de las exportaciones” (Ambito Financiero, 30/12). Lo que el diario financiero no dice es que, por esas exportaciones, Mercedes Benz recibirá un reembolso del 15 % .
Aquí es donde aparece toda la dimensión del negocio patronal. Por el régimen automotriz, con los países del Mercosur debe existir intercambio compensado, lo que significa que cada patronal puede importar sin pagar impuestos o aranceles lo mismo que exporta, por lo que recibe el reembolso del 15 %. Lo mismo hace Brasil. Por lo tanto, para estas empresas llamadas “multinacionales” el negocio es brillante, porque importan en un país sin pagar impuestos piezas y repuestos que reciben reembolsos de exportación en el otro, al que le vuelven a mandar esa misma pieza y repuesto con algún agregado, por el que vuelven a recibir un reembolso y entran al otro país sin pagar impuestos.
Mercedes Benz de Argentina tiene un enorme déficit con su filial brasileña, ya que produce seis veces más. Para aprovechar esta bicicleta aduanera-fiscal tienen que “compensar” a Brasil, para lo cual están obligados a fabricar más piezas en González Catán. Lejos de retirarse, están desesperados por quedarse para aprovechar el enorme curro fiscal y los bajísimos salarios.
Germán Sopeña, el director de Economía de La Nación, escribió un artículo especial para endilgarle a los obreros una especie de ceguera por no advertir que Mercedes Benz “duda sobre si concretará una inversión de 100 millones de dólares en nuestro país o lo hará en otro lugar que ofrezca mejores condiciones de productividad, lo que incluye, naturalmente, el aspecto central de los costos laborales” (La Nación,12/8). Evidentemente de lo único que no hay duda es del alto costo laboral de Sopeña, que recibe un doble sueldo.