Políticas

30/9/2010|1148

Mercedes: Otro asesinato de las bandas

El 22 de septiembre, luego de las jornadas de festejo del día del estudiante en Mercedes, aparece golpeado y torturado Jonathan Villalba, un joven de 18 años, que luego de estar inconciente, tirado en una zanja toda la noche del 21, muere en el hospital.

Jonathan fue hallado golpeado, quemado con cigarrillos y había sido arrastrado desde el lugar del hecho.
Mientras los familiares y amigos lo velaban, la policía anunciaba que ya tenía en mira a los asesinos. El intendente Selva (FPV) anunciaba que no había sido un asesinato de las banditas de los colegios privados, porque los asesinos eran pobres y “con ‘gorritas’ como Jonathan”.

La violencia contra la juventud

Los preparativos de los festejos del 21 iban anunciando una diferencia entre las fiestas que preparaban los sectores de las escuelas privadas y los pibes de las barriadas. Con quintas alquiladas, por valor de 7.000 pesos el lote, contratación de bandas profesionales, y miles de pesos en pirotecnia y alcohol, el sector de la quintas (la zona de acceso Sur) se transformó en una gran fiesta privada. Ahí fue donde Jonathan se encuentra con sus agresores, cuando intentaba ingresar a una de estas fiestas. La policía -que se refuerza para ese día con 900 efectivos, militarizando la ciudad- cumple un papel de “cuidadores” de los festejantes. Estos hijos de los funcionarios judiciales, de los empresarios y de los políticos ejercen el poder de clase desde chiquitos.

Hasta ahora, según Selva y la policía, sólo hay dos imputados, pero como marcan los familiares, hubo más implicados, ya que su cuerpo fue arrastrado por varios metros y la paliza que recibió no fue propinada por dos personas.

Hace años que asolan a los jóvenes de las familias de trabajadores en combinación con la intendencia y las fuerzas de seguridad, que persiguen a los “gorrita” que andan por el centro. La policía arma cordones para impedir el acceso de los jóvenes de las barriadas a los boliches distinguidos.

La movilización

Luego de una gran campaña para descomprimir la bronca popular, demostrando que “el caso ya estaba resuelto”, los pibes del barrio igualmente se movilizaron por la avenida central y montaron un piquete enfrente de la Municipalidad, denunciando la impunidad reinante y la complicidad del poder político y judicial que reina en Mercedes.

Luego de la experiencia recorrida por el asesinato de Duarte, un caso que se resolvió encarcelando a dos perejiles, los pibes no dudaron en movilizarse por el centro y de repudiar la maniobra de la policía y del intendente, que quisieron desviar la marcha con la consigna de “no a la violencia y sí a la paz”. ¿A quién le piden no ser violentos? Como si los “perturbadores del orden” fuesen los pibes, que no pueden salir de las barriadas porque son hostigados por la policía o por las “banditas de los colegios privados”.

Los amigos de Jonathan dieron una gran lección al señalar claramente a los responsables. Este es encamino a seguir.
¡Reforcemos las movilizaciones por el juicio y castigo a los responsables de los crímenes de Jonathan Villalba y de Duarte!

Por la organización de la juventud.