El 18 de febrero, el Partido Obrero, junto a representantes de ATE y organizaciones sociales del distrito, tuvimos la segunda reunión con el Ejecutivo municipal a fin de avanzar en la resolución de un conjunto de reivindicaciones.

 

Fuimos recibidos, nuevamente, por Ruiz Díaz, el secretario de Gobierno. Menéndez no participó de la reunión porque, según nos informaron, estaba “con lo de la toma”. Efectivamente, mientras más de 2.000 familias eran expulsadas brutalmente de las tierras, el intendente salía en los medios justificando el desalojo.

 

El Partido Obrero colocó, como primer punto, la necesidad de dar solución a los ocupantes de la toma mediante la expropiación y la urbanización de esos terrenos. Denunciamos la represión y exigimos la libertad de los vecinos detenidos.

 

Algunos de los reclamos planteados por las organizaciones fueron avanzar en la adjudicación de lotes con servicio en Río Alegre, módulos de trabajo y ayuda institucional para cooperativas y comedores, implementación de Unidades de Desarrollo Infantil y casas transitorias para mujeres víctimas de violencia de género, el reconocimiento de ATE como sindicato para trabajadores municipales, entre otros.

 

Como Partido Obrero presentamos por escrito un pliego de reivindicaciones que incluía la reincorporación de los trabajadores municipales precarizados que fueron despedidos, la defensa del hospital maternal de Pontevedra frente a su vaciamiento, y la asistencia económica y de salud para Karina Abregú, víctima de intento de femicidio.

 

Las repuestas del municipio son conocidas: lamentarse del estado en que encontraron las cosas, echarle la culpa a Othacehé y señalar la falta de presupuesto. Sin embargo, Merlo es uno de los que recibe mayor partida provincial. ¿Hay plata para pagar los shows en el tejadito – copiado del othacehísmo- y no hay plata para asistir a Karina Abregú, que no puede trabajar porque su ex pareja le dejó el 60% del cuerpo quemado? Por otra parte ¿Cuánta plata se necesita para reconocer a ATE en municipales o poner las maquinarias del municipio al servicio de la urbanización de las tierras? Está claro que lo que falta es voluntad política.

 

Plantear que “no hay plata” sin hacer públicos los balances y presupuestos, es mantener otro viejo vicio de Othacehé. Como toda solución se nos planteó el armado de nuevas reuniones con las distintas secretarías específicas para continuar con el diálogo.

 

La “disposición al diálogo” es utilizado por Menéndez -y por la centroizquierda claudicante que lo apoya- como argumento para diferenciarse del régimen de violencia de Othacehé. Pero la violencia radica, fundamentalmente, en los derechos violentados por la inacción. Negar el derecho a la salud con hospitales vaciados, negar el derecho a la vivienda con desalojos y represión, negar los derechos de las mujeres, el derecho al trabajo, el derecho a la asistencia alimentaria y educativa a los niños de las barriadas.

 

Durante la campaña Menéndez repitió la muletilla que venía a “restaurar derechos”. El pueblo trabajador de Merlo deberá ir sacando sus propias conclusiones a medida que se levanta el viento que se lleva las palabras.