En la tarde del 4 de marzo, en el recinto del Concejo Deliberante de Merlo, el cuerpo legislativo local aprobó por unanimidad, con fuerza de ordenanza, la reglamentación de la ampliación del subsidio que recibirá el distrito de Merlo para incrementar la cantidad original de cinco unidades de producción. Se llegaría a trece cooperativas funcionando con trabajadores residentes en el partido, con una inversión de casi 8 millones de pesos y 900 fuentes de trabajo. El concejal del bloque del FPV, Atilio Tarnoczy, señaló que el gobierno nacional califica el comportamiento de la operatividad del programa a nivel local como uno de las más eficaces de los distritos del conurbano que participan del programa Argentina Trabaja (Merlo, Gran Buenos Aires).

Lo curioso es que los concejales opositores fundamentaron su voto favorable a la reglamentación, ¡denunciando la “discrecionalidad” con la que se crearon las cooperativas! Cepeda, concejal de Libres del Sur dijo: “ha sido muy difícil saber cuáles fueron los criterios específicos como para poder acceder a ser un beneficiario (…) la cuestión de la formación está muy atrasada todavía (…) si bien participan el Ministerio de Educación y el de Trabajo, todavía no está claro de qué forma van a ir trabajando (…) No estuvo abierto a los sectores de la Iglesia que realizan trabajos territoriales ni a las organizaciones sociales que hace años vienen trabajando en el distrito” (sic).

La reglamentación no aclara cómo se accederá al “beneficio”, pero además deja de lado la necesidad de ampliarlo, en términos universales, para todos los trabajadores desocupados que lo necesiten. Un plan de obras públicas, basado en la necesidades de los trabajadores del distrito, discutidas en asambleas con los vecinos, es un trabajo pendiente que sólo podrá ser arrancado con la movilización de los trabajadores.