Políticas

19/8/2022

Mientras ajustan al pueblo, pagan cada vez más intereses de deuda

Los de deuda en pesos sumarán USD 47 mil millones en un año y subió la tasa del FMI.

Imagen: Lucía Grossman

La suba de tasas de los bancos centrales de Estados Unidos y Europa encareció los intereses que le paga trimestralmente Argentina al FMI por el préstamo de USD 44 mil millones contraído en 2018. No solo que no se redujo la sobretasa como pretendía el gobierno, sino que la misma pasó del 4,25% al 5,5% anual por este motivo, agravando el carácter usurario de dicha hipoteca. A su turno, el acuerdo FMI obligó a financiar al Tesoro con deuda y subir las tasas de interés locales, lo que estimuló un enorme negociado alrededor de la deuda en pesos, por la cual de acá a un año se deberán pagar intereses por nada menos que el equivalente a USD 47.000 millones, una cifra superior a todas las reservas del Banco Central. Finalmente, los acreedores se llenan los bolsillos, mientras nuevas capas de la población se sumergen en la pobreza.

Como sabemos, cumplir con la receta fondomonetarista de suplir el déficit fiscal emitiendo bonos del Tesoro conllevó montar una gran bicicleta financiera al servicio de la banca y los fondos de inversión, cuyo sostenimiento luego de la corrida es a costa de nuevas concesiones a los acreedores. La deuda nominada en moneda local equivale a USD 124.484 millones, de la cual un 81% está indexada a la inflación, a la evolución del dólar o a ambas, con lo que no podrá ser licuada mediante una devaluación y, debido a su tasa variable, asume una dinámica “bola de nieve”.

Respecto al FMI, recordemos que cuando se firmó el acuerdo, en marzo de este año, la Oficina de Presupuesto del Congreso calculó que se pagarían hasta 2027, en concepto de intereses, un promedio de USD 1.600 millones por año. Ahora, con el incremento de la tasa, los vencimientos serán más onerosos. Si esta se mantiene en los 5,5 puntos, el país tendría que abonar “USD 2.122 millones de interés al FMI en 2023 y USD 2.042 millones en 2024” (Ámbito, 17/8). Una friolera de dólares que irán a nutrir las arcas del capital financiero internacional en lugar de utilizarse para resolver la infinidad de necesidades sociales insatisfechas que existen en cada rincón del país.

Un negocio fabuloso para el FMI, dado que el organismo no solo se cobrará a partir de 2026 la totalidad del crédito otorgado, sino que además embolsará hasta 2027 intereses a una tasa que, debido a los sobrecargos, quintuplica la básica. Vale agregar que ya recibió por ese concepto USD 5.211 millones, de los cuales USD 1.381 millones fueron pagados durante el gobierno de Macri y USD 3.829 millones por el actual.

Se trata del rescate de una deuda usuraria y fraudulenta por medio de un acuerdo absolutamente ruinoso para la población trabajadora, ya que contiene metas que suponen mayor inflación, ajuste y recesión. Todo para terminar en las puertas de un default más adelante, debido a lo impagable de los vencimientos postergados. Esto, si el Fondo no decide arrojarnos al default antes negándose a enviar los giros previstos; puede hacerlo porque el acuerdo arribado le confiere una tutela completa sobre la economía nacional.

A su vez, cancelar estos intereses más caros acelerará el drenaje de divisas acentuando la quiebra del Banco Central, cuyas reservas líquidas se encuentran en terreno negativo, lo que traerá aparejado nuevos saltos devaluatorios con sus consecuencias inflacionarias. Para colmo, los nuevos incentivos oficiales a la liquidación exportaciones, como el dólar  soja, el dólar turista y la cuenta para las tecnológicas, no vienen surtiendo efecto.

En función de paliar la crisis de reservas, el gobierno se dio la tarea de conseguir nuevos préstamos en dólares, lo cual motivó la reciente reunión entre Massa y embajadores de los países árabes y es la prioridad de su próxima gira internacional. De alcanzar su propósito, la deuda pública, que trepó en julio a los USD 380.760 millones, no hará más que abultarse. El espiral sin salida de siempre: pagar vieja deuda tomando nueva.

Como vemos, el acuerdo con el FMI sostenido por todas las variantes del peronismo y la oposición patronal, además de incumplible, promete hundir cada vez más al país y asestar nuevos golpes a las mayorías populares. Debemos quebrarlo ganando las calles, por eso es tan necesario que haya un paro nacional seguido de un plan de lucha.