Políticas
25/3/2025
Mientras reza al FMI, Caputo rifa dólares para sostener la bicicleta financiera
Se agrava la crisis de reservas.

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Las declaraciones de Caputo sumaron incertidumbre en el mercado.
Como resultado de la crisis de reservas, las expectativas devaluatorias y la incertidumbre alrededor del acuerdo con el FMI, en la última semana se desató una corrida que llevó la brecha cambiaria al 30%. Salta a la vista cómo todo el esquema económico de Milei pende del hilo del carry-trade que comienza a deshilacharse, por lo que el gobierno cifra sus esperanzas en el préstamo del Fondo.
Las declaraciones de Luis Caputo acerca de la posible implementación de bandas de flotación cambiaria -como requisito para que el FMI concrete el desembolso solicitado- desencadenó la corrida, lo cual obligó al Banco Central a vender U$S 1.200 millones en tan solo seis días a fin de contener el precio de los dólares financieros, echando mano probablemente en los encajes bancarios. Sin embargo, a pasar de la intervención en el mercado de cambios paralelo, según la consultora LCG la tasa de devaluación implícita (del dólar futuro) quedó por encima de la tasa en pesos, incentivando el desarme de la bicicleta financiera y la progresiva dolarización de las carteras.
El telón de fondo de las tensiones cambiarias es la crisis de reservas del Banco Central (las netas alcanzan niveles negativos por U$S 8.500 millones según LCG), la cual, a su vez, se agudiza con la corrida. No solo por la venta de dólares para achicar la brecha, sino que además, las expectativas devaluatorias llevaron al agro a desacelerar el ritmo de liquidación de la cosecha gruesa a la espera de un salto en el tipo de cambio, mostrando cuán infructuosa ha sido la resolución del gobierno de bajarle las retenciones al sector.
Otro factor que atenta contra la acumulación de reservas es que las importaciones vienen en aumento, precisamente, por la política de mantener el dólar planchado al servicio del carry-trade. Las mismas treparon 42,3% interanual en febrero, según los datos del Indec, lo cual podría acelerarse en marzo, ya que la expectativa de devaluación alienta a los importadores a sobrestockearse.
Lo cierto es que el propio presidente del Banco Central, Vladimir Werning, acaba de exhibir ante banqueros internacionales en Suiza que la entidad apenas pudo retener U$S 7 mil millones de los U$S 25 mil millones que compró en el mercado oficial desde que comenzó el mandato de Milei, como resultado del pago de intereses de deuda externa y otros mecanismos de fuga. Por ejemplo, aquel mediante el cual el BCRA esteriliza los pesos utilizados en la compra de dólares ampliando la oferta del CCL. Esto, sin contar los U$S 12 mil millones de dólares que se fueron por el sumidero del dólar blend (se estima que este año se perderán U$S 6.200 millones por esa vía si continúa la medida).
También se está agotando otra de las fuentes a través de la cual el Banco Central compra divisas: el otorgamiento de préstamos en dólares por parte de los bancos (uno de los principales estímulos del carry-trade), que, como sabemos, se liquidan automáticamente en el mercado oficial. Los mismos comenzaron a caer en marzo puesto que el sostén de esos créditos son los depósitos bancarios en dólares que ingresaron a través del blanqueo de capitales de octubre 2024, de los cuales ya se retiró un 19,3% en cuatro meses, con lo que se va reduciendo la capacidad prestable de los bancos. En el afán de retener esos depósitos u obtener liquidez para hacer frente a la salida de los mismos, los bancos están multiplicando la tasa de los plazos fijos en dólares, lo cual podría generar futuras crisis bancarias.
El panorama es más desalentador teniendo en cuenta que, luego de haber pagado U$S 6.500 millones en vencimientos de deuda externa durante el primer trimestre, resta afrontar compromisos por alrededor de U$S 16.250 millones hasta fin de año.
Así las cosas, todos los análisis coinciden en que este año el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos será negativo. La consultora Equilibra calcula un déficit del 2,8% del PBI. Para financiarlo sin resignar la "pax cambiaria" en año electoral, el gobierno se aferra al nuevo endeudamiento con el FMI, cuya aprobación será discutida por el organismo esta semana. Paradójicamente, el Fondo exige devaluar como requisito para girar el dinero, lo cual pone contra las cuerdas a la gestión libertaria.
Varias consultoras estiman que la suma contraída podría llegar a los U$S 20 mil millones, lo cual agravaría enormemente la hipoteca nacional. Además, todo indica que esos dólares serán dilapidados en seguir financiando la corrida cambiaria protagonizada por aquellos especuladores que deciden retirarse de la bicicleta financiera y realizar sus ganancias recomprando dólares.
El resultado de la película será más fuga de capitales, bancarrota, endeudamiento y ajuste y un nuevo golpe devaluatorio contra el bolsillo popular. Con Milei se profundiza la historia del saqueo capitalista de Argentina, donde los trabajadores somos los más perjudicados. Torzamos el rumbo de los acontecimientos con una intervención de masas que ponga fin a este gobierno y rompa definitivamente con el yugo del FMI.

