Políticas

23/2/2017|1447

Milani detenido, un triunfo de la movilización popular

Golpe a la política K y macrista de “reconciliación” con las fuerzas armadas


El ex jefe del Ejército del segundo gobierno de Cristina Kirchner, César Milani, el 7 de febrero, fue detenido en La Rioja por orden del juez federal Daniel Herrera Piedrabuena, luego que acudiera a la declaración indagatoria por la causa donde se investigan los secuestros de Pedro Adán Olivera y su hijo Ramón en 1977, y el secuestro de Verónica Matta un año antes.


 


Este último caso surgió en la audiencia pública realizada en el Congreso nacional por el bloque del PO-FIT contra la designación de Milani como jefe del Ejército. En ese momento, cuando el militar estaba en la cima del poder, pidió la palabra quien se presentó como Verónica Matta y denunció que ella también había sido secuestrada y que lo había reconocido, cuando lo vio en la televisión en su etapa de personaje público, como el joven oficial que dirigía la patota, cuando ella era una estudiante de 17 años.


 


La detención del militar supone un claro triunfo de la movilización popular y un golpe contra la política de “reconciliación” con las fuerzas armadas, iniciada por el kirchnerismo con la designación de Milani al frente del Ejército y con el cual operó un servicio de inteligencia paralelo a la ex-SIDE tras su ruptura con la camarilla de Jaime Stiuso; y también contra el actual gobierno, que mantuvo una continuidad en esa política, transparentada por las declaraciones de funcionarios negando el genocidio o relativizando su alcance (Gómez Centurión, Lopérfido) e intentando diluir en el calendario turístico el carácter del 24 de Marzo. Ya con Mauricio Macri en el gobierno, Milani estuvo sentado en primera fila aplaudiendo sus anuncios de reequipamiento de las Fuerzas Armadas. Milani fue el pivote de una tentativa política de reintroducir a las fuerzas armadas en tareas de seguridad interior en nombre de la “lucha contra el narcotráfico”, que ahora continúa Macri.


 


Otras causas  


 


Milani tiene otra causa abierta en la provincia de Tucumán por el secuestro y desaparición del soldado conscripto Alberto Ledo. Por este caso fue citado a indagatoria –por segunda vez– a principios de esta semana pero quedó libre y se cambió la carátula de la causa de “coautor” a la de “encubrimiento” y “falsificación de documento público”, en lo que aparecía como un intento promovido por el fiscal tucumano de atenuar las imputaciones.


 


El militar, que se afilió al Partido Justicialista en fecha reciente, ha recibido el amparo hasta el día de hoy del aparato kirchnerista, a tal punto que es socio en negocios con Guillermo Moreno, ex secretario de Comercio, hombre alabado por la Cámpora y hasta ahora, con la cobertura, menos estentórea, del actual gobierno.


 


Esta política ha recibido un duro golpe. Del movimiento de derechos humanos que no se dejó cooptar en el apoyo a Milani, de las víctimas y de sus familiares y de todos aquellos que mantuvieron una campaña sistemática contra la impunidad. En diálogo con Prensa Obrera, Graciela Ledo, hermana del soldado Ledo, se manifestó “muy conforme por la detención de Milani; es un primer paso para que se haga justicia y contra todos los que dijeron que no merecía ser juzgado por nuestras acusaciones. En Tucumán el fiscal lo había acusado por delitos leves, como encubrimiento y falsificación. ahora por fin se lo juzga por los crímenes por los que se lo acusa”.


 


La detención de Milani refuerza la lucha por la cárcel para todos los genocidas.