En el debate de candidatos presidenciales del pasado domingo 1° de octubre Milei reconoció sin tapujos que negocia con la casta sindical de Luis Barrionuevo para hacer pasar la reforma laboral antiobrera: una señal más de que su gobierno integrará a todas las castas habidas y por haber para garantizar el ajuste contra los trabajadores.

La confirmación de la alianza políticosindical del candidato “liberal” vino tras la pregunta de la candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, quien increpó a Milei manifestándole: “Dijiste que no se puede hacer un nuevo país con los mismos de siempre, y te aliaste a Barrionuevo ¿Qué vas a hacer? ¿Con Barrionuevo vas a cambiar la Argentina?

Ante la pregunta, Milei partió de señalar que tanto Bullrich como Barrionueva son “casta”, para luego deslumbrar al público con una teoría del “cambio tardío” de personalidad política, según la cual Barrionuevo está a tiempo de cambiar hacia las ideas “liberales”: un disparate que solo intenta encubrir las redes que teje La Libertad Avanza con lo peor y más burocrático del sindicalismo argentino.

Milei supo reconocer que esta especie de expiación exprés de pecados –de la que solo da cuenta él mismo- se da sobre la base de la necesidad de aplicar una reforma laboral antiobrera. “Nosotros vemos un problema enorme en el mercado laboral. Queremos avanzar hacia un modelo de seguro de desempleo”, señaló, agregando que “todos los que quieran cambiar y sumarse a esta revolución liberal para que Argentina sea potencia en 35 años están bienvenidos”, para dejar en claro que las castas están bienvenidas siempre que “colaboren”.

El sincericidio de Javier Milei también echa por tierra las excusas y argumentos de otras patas de la burocracia sindical, como el caso de Gerardo Martínez, quien dice haber ido a una reunión con el candidato “liberfacho” a contarle lo que bien Milei puedo leer en un fascículo de la construcción: cómo funciona la libreta de fondo de desempleo en dicho gremio.

Los cabildeos entre Milei y la burocracia sindical tienen el único propósito de garantizar una “pata gremial” con la casta para poder imponer un régimen de mayor precarización y flexibilización laboral, con contrataciones y despidos a la carta, eliminación de indemnizaciones y multas a las patronales, destrucción de derechos y conquistas obreras y liquidación de salarios y poder adquisitivo de los trabajadores.

El viraje de Javier Milei para con la burocracia sindical no es novedoso, sino que empezó a gestarse ni bien el candidato presidencial sopesó la posibilidad de convertirse en el próximo presidente del país.

Para ello comenzó bajando el tenor de sus acusaciones y propuestas “liberales”, pasando de la prohibición de los sucesivos mandatos y una supuesta “libertad sindical” –con mucho de sindicatos amarillos propatronales por empresa- a declaraciones de “no intervención” en el mundo de la burocracia sindical: un tratamiento privilegiado para la casta, que no es extensivo a los conflictos obreros de base y/o a las direcciones sindicales y piqueteras independientes.

Javier Milei negocia con la burocracia sindical porque sabe que solo en la casta de ese pelaje podrá encontrar apoyos para defender los intereses de otra casta… la empresarial. Mientras que le declara la guerra a los sectores independientes y combativos, donde sabe que encontrará resistencia segura contra el ajuste antiobrero.

Barrionuevo es perteneciente a la burocracia “alcahueta” del menemismo, que pactó la privatizaciones, la flexibilidad laboral y los miles de despidos en las empresas públicas y otros sectores. Es la misma burocracia sindical que se codeaba con Mauricio Macri y su reforma laboral, que no pudo prosperar por el rechazo social a la reforma jubilatoria del macrismo, con los episodios represivos del 14 y 18 de diciembre de 2017 frente al Congreso de la Nación. La misma burocracia que hoy tributa en el espacio de Massa y su ajuste fondomonetarista, y que se apresura a armar las valijas para pasarse de frente ante una derrota del oficialismo.

La única posición de independencia de clase, antiburocrática y de los trabajadores es la que expresa el Frente de Izquierda Unidad, cuyos candidatos y referentes no se excusan para rodearse de la casta sindical, sino que hacen un esfuerzo incansable por rodearse de la lucha de los trabajadores, apoyando a la clase obrera en sus peleas y ofreciendo una salida política de fondo para los trabajadores.

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