Tras pegar el faltazo al coloquio de IDEA y antes de entrar a la reunión con empresarios en Mar del Plata, Javier Milei, en una entrevista, sostuvo: “Cuanto más alto esté el precio del dólar, más fácil es dolarizar”. Es la confesión de que su plan de dolarización requiere una megadevaluación que asestaría un golpe mortal a los ya derruidos ingresos de la población.

En un contexto de reservas en rojo producto del pago de la deuda y la fuga de capitales, con una corrida cambiaria que llevó al dólar paralelo a tocar los $900 (valor al que se llevaría adelante la dolarización, según el “libertario”) y parece no tener freno, Milei abona a la incertidumbre porque apuesta a que el trabajo “devaluatorio” y gran parte del ajuste se haga previo a su eventual asunción como presidente. En paralelo, millones de familias ven cómo los precios aumentan al ritmo de la estampida inflacionaria y la depreciación de la moneda, mientras se desvalorizan sus ingresos y cae estrepitosamente su poder adquisitivo.

Queda claro que la dolarización no viene a terminar con la inflación, sino que al contrario tiene como punto de partida previo una hiperinflación. Su consecuencia inmediata sería abaratar el costo de la mano de obra en el país, cuando ya los sueldos argentinos medidos en dólares están en los niveles más bajos de América Latina, gracias a las sucesivas depreciaciones de la moneda, como la que Massa pactó con el FMI y ejecutó al día siguiente a las Paso y por la entrega de la burocracia sindical que firma sistemáticamente paritarias a la baja.

Sobre este punto, cabe destacar que la devaluación también está incluida en la agenda política de todos los candidatos patronales. Massa ya la está aplicando en cuotas, permitiendo a las petroleras, sojeras, pymes y todas las empresas que traigan billetes verdes del exterior a liquidarlos al precio del contado con liqui (con el costo de una emisión descomunal de pesos). Bullrich promete unificar el tipo de cambio y levantar el cepo lo antes posible, mientras su propio virtual ministro de Economía confiesa que ni él sabe hasta donde puede dispararse el dólar.

Todos buscan cumplir con lo que exige la clase capitalista, que es poder girar libremente sus dólares al exterior y desvalorizar aún más los salarios, pero es evidente que el cómo genera tensas discusiones. Por fuera de un desmadre económico, también especulan acerca de cómo viabilizarlo sin suscitar un estallido social, cuando ya el 40% de la población se encuentra en la pobreza.

Todos quieren pasarle la factura de la crisis a los laburantes, mientras el ahorro nacional se lo llevan los capitalistas y el capital financiero mediante una deuda usuraria y fraudulenta. Solo el Frente de Izquierda propone dar vuelta la tortilla: Romper con el FMI y echar a todos los políticos capitalistas que nos trajeron a esta debacle y que nos prometen profundizarla, para poner en pie un gobierno de las mayorías trabajadoras, las que generan la riqueza del país.

https://prensaobrera.com/politicas/en-el-coloquio-de-idea-reclaman-un-mayor-ajuste-pero-nadie-quiere-pagar-la-cuenta