Políticas

16/4/2024

Milei, hundiendo los salarios, sumó 3,2 millones de nuevos pobres

Preparemos la huelga generar para derrotar esta ofensiva.

La pobreza alcanza a 22,6 millones de personas.

Javier Milei, que en sus disparatados discursos le gustaba atacar a la izquierda usando la frase “zurdos empobrecedores”, sumó 3,2 millones de pobres nuevos en el primer trimestre del año, llevando la tasa de pobreza al 48%. Desde que asumió, se empeñó en ensanchar la brecha entre los precios y los ingresos populares y promete continuar en esa dirección, con lo que derrotar sus planes por medio de la acción directa ya se trata de una cuestión de supervivencia para la población trabajadora.

Estos datos fueron calculados por la Universidad Torcuato Di Tella, según la cual, la pobreza en Argentina habría alcanzado a 22,6 millones de personas en los primeros tres meses del año. Así las cosas, desde diciembre 2023 hasta marzo 2024, 3,2 millones de habitantes han dejado de poder cubrir con sus ingresos el costo de los bienes y servicios básicos.

No pudieron lidiar con los aumentos en la góndola producto de la devaluación y la eliminación de cupos para exportar, ni con las subas siderales de los alquileres luego de que el DNU los desregulara, ni con los tarifazos en el transporte, la electricidad, el internet y el celular. Mientras estas medidas del gobierno empobrecían a nuevos sectores de la población, fueron bien recibidas por las patronales exportadoras, las inmobiliarias, los monopolios de las telecomunicaciones, los acreedores de deuda indexada al dólar y el FMI.

El único precio que el oficialismo mantiene sujeto a la regulación estatal es el del salario, poniendo techos a las paritarias y negándose a homologar aquellas que lo superen. De esta manera, consagra una caída salarial de enorme envergadura, para que los capitalistas puedan acrecentar sus ganancias apropiándose de una porción mayor de las riquezas producidas por los trabajadores durante su jornada laboral.

Tal es así que, entre noviembre 2023 y febrero 2024, el salario promedio del sector privado registrado (índice Ripte) perdió 23,9% de su poder adquisitivo, constituyendo la peor caída cuatrimestral en la historia del índice; y su monto en febrero quedó por debajo de la línea de pobreza de dicho mes ($619.007,05 vs. $690.901,57). A su vez, según las proyecciones de la consultora GhidiniRodil, al finalizar el año, la variación de los salarios informales habrá quedado 22 puntos por detrás del índice de inflación, cuando estos ya vienen arrastrando una caída real del 59,5% entre 2017 y 2023.

Incluso, la canasta de pobreza de marzo se situó en los $773.385, superando la remuneración percibida en varios gremios. Por ejemplo, un docente de primaria en la provincia de Buenos Aires con una antigüedad de 12 a 14 años cobró en marzo $408.924 de bolsillo. El salario básico de la categoría más alta de un obrero metalúrgico vigente desde marzo es de $648.724,25 ($423.339,63 el de la categoría más baja). Por su parte, el salario básico de un operario especializado de la alimentación fue de $575.829,30 en marzo ($438.448,71 el de un operario no calificado). Peor aún es la situación de aquellos que trabajan de manera no registrada.

Como vemos, dentro de esas 3,2 millones de personas que se incorporaron a las filas de la pobreza encontramos a trabajadores ocupados, que, a pesar de deslomarse en jornadas laborales extenuantes, lo que ganan no les alcanza para llegar a fin de mes y deben privarse hasta de comprar artículos de primera necesidad. Sin ir más lejos, según los datos de la Came, las ventas minoristas pyme, en el primer trimestre del año, se desplomaron 28,7% interanual en el rubro alimentos y bebidas y 35,6% en farmacia. La motosierra sobre los ingresos ya directamente está impidiendo que las familias trabajadoras puedan acceder a la comida y a los medicamentos.

Las estadísticas también reflejan que lejos quedó la posibilidad de juntar unos mangos y disfrutar de un asado los domingos, o bien, comprar materiales para arreglar de a poco la casa. Por un lado, el consumo de carne vacuna se derrumbó 17,6% interanual según la CICCRA (Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados), marcando el registro más bajo de las últimas tres décadas. A su vez, las ventas minoristas en el rubro ferretería, materiales eléctricos y de la construcción cayeron 26,3% en el mismo período. Hasta las aspiraciones más elementales del pueblo trabajador chocan de frente con la política de Milei.

El gobierno, a la vez que multiplica la pobreza, ajusta sobre la asistencia social de la cual depende la subsistencia de los sectores más vulnerables. Según un informe del Cepa, en base a datos oficiales, en el primer trimestre del año la ejecución presupuestaria en el Potenciar Trabajo retrocedió, en términos reales, 50,3% interanual. La caída fue del 13,6% en las políticas alimentarias y del 45% en comedores comunitarios y merenderos. Y, como si fuera poco, reprime sin miramientos al movimiento piquetero que se levanta contra esta política hambreadora.

Los tarifazos en puerta, el horizonte de despidos y el advenimiento de una nueva devaluación recrudecerán los niveles de pobreza. Preparemos desde ahora la huelga general para quebrar esta ofensiva.

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