Políticas

18/3/2024

Milei incita a la evasión fiscal de los capitalistas, mientras le repone impuestos a los trabajadores

El presidente se plegó a la “rebelión fiscal” de Espert en Buenos Aires, pero impulsa el Impuesto a las Ganancias contra los trabajadores.

Espert junto a Milei.

El presidente Javier Milei volvió a dejar al descubierto sus intereses de clase cuando salió a respaldar la incitación del diputado nacional José Luis Espert a una “rebelión fiscal contra Kicillof”. Las subas de patentes e inmobiliario urbano y rural en Buenos Aires afectan al conjunto de la población, pero Milei y Espert salen a respaldar en particular al capital agrario y los grandes empresarios en “defensa de la propiedad privada”, mientras se proponen avanzar con el Impuesto a las Ganancias sobre los salarios, confiscando la propiedad de alrededor de 1,5 millones de trabajadores.

Milei se colgó de las declaraciones polémicas de Espert, quien nuevamente infringe impunemente el delito de incitación a la evasión fiscal, afirmando que “subir los impuestos netos es una violación del derecho de propiedad”.

Pero Milei, quien llegó a comprometerse en su campaña electoral que “se cortaría un brazo antes que subir un impuesto”, está dispuesto a ir más lejos que Kicillof, restableciendo el Impuesto a las Ganancias sobre los salarios y ampliando su afectación a un millón y medio de trabajadores.

Para Milei la propiedad privada de los grandes capitalistas, hacendados y agroexportadores es “inviolable”, pero la de los trabajadores que apenas superan la canasta familiar es la prenda de sacrificio para pagarle al FMI y a los especuladores financieros.

En palabras del propio presidente “el aumento de impuestos es un robo descarado, una violación a la propiedad. Es expropiatorio. Es una locura, porque pone al borde de la quiebra al sector agropecuario”. Lo que no dice es que él está llevando a la quiebra a millones de trabajadores y se propone a extender esto a otros tantos.

Además, cabe señalar que mientras Espert y Milei convocan a la evasión tributaria de los grandes capitalistas por otra parte persiguen y denuncian a los estudiantes y trabajadores que saltan los molinetes del tren y el subte porque no pueden pagar los pasajes: es decir que la evasión solo vale para el capital privado, pero no para los trabajadores.

La campaña de Espert y Milei surge de los aumentos del 200% en el gravamen inmobiliario y de hasta 250% en las patentes de automotores -que impacta fuertemente sobre los trabajadores- aprobados en la Legislatura bonaerense. El gobernador Axel Kicillof descarga los aumentos sobre la población, al tiempo que reivindica que la provincia tiene el menor gasto público por habitante mientras las necesidades populares se acumulan de a montones, con miles de inundados, comedores populares vaciados y la obra pública en retroceso.

Resulta que la política impositiva de Kicillof no tiene nada de progresiva o popular: el gobernador se ha negado sistemáticamente a realizar el revalúo fiscal de los terrenos rurales pendiente desde hace años, desde donde sería factible aumentar los impuesto al capital rural y los sectores acaudalados y disminuir la presión fiscal sobre, los trabajadores, con la eliminación de impuestos sobre la vivienda única, entre otras cosas.

El gobierno nacional intenta forzar un contrapunto con Kicillof mientras descarga el ajuste sobre los trabajadores, cargando de gravámenes fiscales a quienes menos tienen y favoreciendo a los capitalistas.

La “rebelión fiscal” de Espert y Milei es una farsa, solo para los grandes capitalistas, ya que los trabajadores a los cuales se amenaza con la confiscación de Ganancias no pueden evitar que se les sustraiga su propiedad compulsivamente, con las patronales actuando como agentes de retención.

La verdadera rebelión es la del pueblo trabajador contra los gobiernos ajustadores y confiscatorios, para derrotar la imposición nuevamente de Ganancias en los salarios, e imponer una reforma tributaria progresiva, con la eliminación de los impuestos al consumo (IVA) y todo gravamen a la vivienda única, como punto de partida. Y la imposición de impuestos a las grandes fortunas y negocios capitalistas.