En un viaje financiado con dinero público, el presidente Javier Milei fue a España a participar del evento Europa Viva 24, organizado por el partido Vox y otros grupos ultraderechistas del viejo continente y de Estados Unidos. Socialismo, migrantes, “propaganda de género” y movimientos ambientales fueron los principales enemigos del mitin.

Milei volvió a jactarse en su discurso de haber hecho el “ajuste más grande de la historia”, invocó otra vez a las “fuerzas del cielo” y calificó al socialismo como un cáncer, pero lo que concitó la atención mundial fue su acusación de “corrupta” contra Begonia Gómez, la esposa del presidente español Pedro Sánchez, quien es investigada por presunto tráfico de influencias. La rápida protesta de Madrid abrió una crisis diplomática, con fuertes declaraciones cruzadas, y el gobierno español retiró finalmente a su embajadora en Buenos Aires, dejando solamente un encargado de negocios. El presidente argentino, en cambio, descartó dar el mismo paso.

Estos son los hechos. Es probable que ambos lados estén interesados en fomentar la confrontación: para Sánchez, golpear a un derechista como Milei reposiciona a un soso PSOE de cara a las elecciones al Parlamento Europeo del 6 al 9 de junio. Por el lado de Milei, le permite distraer la atención de problemas más serios: los despidos y suspensiones que crecen en la industria, la agobiante pobreza y los tarifazos. Al mejor estilo Trump, el mandatario argentino acostumbra lanzar permanentemente estos fuegos de artificio: ahora sabemos que, en la presentación de su nuevo libro en el Luna Park, brindará un show musical.

Con todo, el juego del presidente argentino no es gratuito. Los mismos empresarios españoles que lo recibieron el sábado, después de su alocución en el cónclave derechista, salieron a cuestionarlo por sus ataques contra Sánchez. Antonio Garamendi, titular de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), le reprochó a Milei su “falta de lealtad institucional” y le marcó la cancha: advirtió que el gran capital español tiene inversiones por 18.000 millones de euros en el país (La Nación, 20/5). A Garamendi, le siguieron pronunciamientos en cascada de Telefónica, Abertis (peajes), Iberia y Naturgy. Más informalmente, los bancos Santander y BBVA se expresaron en el mismo sentido.

El presidente argentino, que acaba de autoproclamarse en una entrevista como el “máximo exponente de la libertad a nivel mundial”, tiene pautado un nuevo viaje a la península ibérica el 21 para recibir, precisamente, un premio del Instituto Juan Mariana por su “defensa ejemplar” de las ideas de la libertad, con lo que tendrá la oportunidad de volver a tensionar la relación o bajar la espuma. En cualquier caso, el también “embajador internacional de la luz” sigue acumulando condecoraciones y rencillas de baja estofa mientras la Argentina se hunde en la miseria.