Mientras el gobierno desmantela Télam como sinónimo de austeridad fiscal, un informe oficial afirma que la Secretaría de Medios, que gestiona Eduardo Serenellini, transfirió casi 64 millones de pesos a usinas de información cercanas al pensamiento de los funcionarios libertarios.

Entre los destinatarios aparecen las patronales de La Nación, que se llevaron $9.163.348.48, la productora La Cornisa, de Luis Majul, fue beneficiada con $703.813.44. También se destacan los $17,468.884,10 que se hicieron llegar a la Consultora Sentidos, los $1.553.872,32 adjudicados a Wall Street Vía Pública y los $3.880.507,51 destinaros a Eventos Producciones, propietarios entre otros de Canal 26 (Infogremiales, 19/3).

Sucede que los recursos que le sacan a una agencia federal de noticias como es Télam, el único medio con cobertura a lo largo y ancho del país y de donde provienen la mayor parte de las noticias que leemos todos los días en los medios, se los están destinando a multimedios amigos. Vale recordar que esa función específica de gestión de pauta también era englobada por el área publicitaria de la Agencia de Noticias Télam, por lo que su destrucción constituye un punto estratégico para que el gobierno pueda llevar adelante este tipo de erogaciones discrecionales.

Recordemos que Milei, el día que anunció el cierre de la agencia de noticias, había acusado a Télam de ser una agencia de propaganda kirchnerista, lo cual es una afirmación sesgada. Pese a que, desde su fundación en 1945, Télam ha sido objeto de la manipulación de diferentes gobiernos (incluyendo, notoriamente, al macrismo, aliado de Milei), sus trabajadores nunca dejaron de ofrecer una resistencia a estos propósitos editoriales, y siguieron brindando una cobertura de gran importancia para el periodismo argentino, e incluso referencia informativa sobre la Argentina a nivel global. Su cierre representa un enorme golpe a las libertades democráticas y al derecho a la información.

Esto desnuda que el criterio para aplicar el ajuste fiscal está marcado, en este caso, por favorecer el negocio privado pero también por la intención de censura digitada en favor de los capitalistas, a sabiendas de que en los medios privados lo que hay es una dictadura patronal en cuanto a las líneas editoriales.

Además, lo que se busca es asestarle un enorme golpe a este colectivo obrero, un plan que forma parte de una ofensiva más general contra los trabajadores en todos los gremios, con despidos, trabajo en condiciones precarias y sueldos que no alcanzan a cubrir la canasta de pobreza.

Estas condiciones son características del trabajo de prensa, donde las patronales imponen la polifuncionalidad, donde prima el pluriempleo y los salarios de miseria. Empresas como Clarín, Infobae, La Nación, Perfil y La Nación están desarrollando ataques antisalariales contra sus empleados que son enfrentados mediante acciones de visibilización y paro total de actividas. Grupo Octubre, la patronal “nac&pop” de Página12, dirigida por Victor Santa María, no solo hace lo mismo, sino que también viene de ser denunciada por sus trabajadores por su intento de descontar los días de huelga de ahora en adelante. Los trabajadores de América TV se encuentran llevando adelante un paro total de actividades porque la patronal despidió a 270 trabajadores del Satsaid.

Sin embargo, esto también se extiende al resto de los gremios. Ahora el Ejecutivo prepara 70 mil despidos más de trabajadores estatales contratados en condiciones precarias, mientras se niega a homologar los acuerdos paritarios de manera tal de promover un techo paritario por debajo de la inflación.

Mientras el sector privado se ve beneficiado con los topes salariales del gobierno, con prebendas impositivas, con la liberalización del mercado que impulsa el oficialismo y hasta con pauta por ser perritos falderos del gobierno, estos despiden y precarizan trabajadores.

Así se desnuda que el hecho de que crezcan los beneficios para el sector privado no se traduce en mejoras para las condiciones de vida de las mayorías, como quiere instalar el gobierno. Al contrario, son los laburantes los que terminan pagando “la fiesta” de los capitalistas con un mayor empobrecimiento.

La única manera de defender nuestros ingresos y nuestras condiciones de vida es enfrentando la política hambreadora de este gobierno mediante un plan de lucha que prepare la huelga general. Es con esa perspectiva que desde el Partido Obrero estamos impulsando una asamblea nacional de trabajadores ocupados y desocupados que le de forma a ese camino.

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