Después del nombramiento de Marín en YPF, el loteo capitalista de los ministerios y secretarías del nuevo gobierno de Javier Milei sigue avanzando, ahora con el ingreso de otros dos hombres de la patronal de Techint, Miguel Ponte y Julio Cordero, a la estratégica Secretaría de Trabajo. Fuera de todo decoro de “imparcialidad”, el gigante capitalista supervisará la reforma laboral antiobrera y la precarización laboral en la industria.

Se trata del ingreso de Miguel Ponte, exsecretario de Empleo de Mauricio Macri y referente del área de Recursos Humanos de Techint, y Julio Cordero, excoordinador del equipo de campaña de Patricia Bullrich y del departamento jurídico de la patronal de Paolo Rocca. Ambos compartirán la cartera de Trabajo, que pasará a ser secretaría, a cargo de Omar Yasín.

Cordero jugaría un papel en la reforma laboral de Milei y compañía, con el intento de eliminación del régimen de indemnizaciones laborales y multas y la extensión del Fondo de Desempleo de la construcción al resto de los sectores, como tareas primordiales; y el ataque a la ultraactividad de los convenios y otros derechos conquistados, en el mediano plazo.

Quien también oficia, hasta ahora, como vicepresidente del departamento de Política Social de la Unión Industrial Argentina llamó la atención unos meses atrás cuando en el marco de la discusión de los proyectos de reducción de la jornada laboral en la Comisión de Trabajo de Diputado alegó en contra señalando: “¿Trabajar menos para qué? ¿Está mal trabajar? ¿Estamos en contra del trabajo? ¿Para qué? ¿Para ir afuera a hacer qué?”. Para Cordero y sus representados de la crisis económica se sale con más precarización y más desocupados.

El único rasgo distintivo de Cordero es ser el mandadero de Paolo Rocca y Techint, en el propósito de avanzar en un esquema de mayor precarización laboral, a imagen y semejanza de las necesidades patronales. Techint se caracteriza por ser una empresa pionera en el ajuste antiobrera: fue la primera en despedir cuando la pandemia de Covid-19 hacía estragos, incluso en contra del decreto presidencial que lo sancionaba esta conducta.

Por su parte, se prevé que Ponce ingrese al área de Personal de la secretaría, desde donde tendrá acceso al manejo de las pasantías y las “políticas de empleo”, en el marco de un gobierno que anuncia una fuerte recesión económica y una “salida” sobre la base de una mayor flexibilización del mercado laboral. Aquí se inscribe también el forzamiento para que los trabajadores precarizados del Potenciar Trabajo ingresen al mercado laboral como mano de obra ultraprecarizada.

Techint, desde donde se marca parte importante de la agenda patronal, extiende su injerencia sobre el Estado, no solo en la cartera de Trabajo sino con la designación de otro de sus hombres, Horacio Marín, al frente de YPF. Milei no solo le abre la puerta a los capitalistas, sino que también les da la llave del país.

Con estas incorporaciones, Trabajo ya siquiera guarda la formalidad de “aparente neutralidad” ante el conflicto entre patronales y trabajadores para favorecer a los primeros contra los segundos, sino que ahora opera abiertamente como una oficina más de la UIA, Techint y los intereses generales capitalistas.

Una señal que deberán atender los trabajadores, reforzando su organización independiente del Estado y la burocracia sindical, y su acción de clase para enfrentar la ofensiva que preparan los capitalistas con Milei y sus representantes políticos patronales.