Políticas

2/6/2022

Milei propone privatizar las cárceles para garantizar mano de obra casi gratuita

Gabriel Solano, legislador por el Partido Obrero en el FITU, salió al cruce.

El legislador por el FIT-U salió a cruzar a Javier Milei por sus dichos.

Días después de haber avalado la libre tenencia de armas luego del tiroteo que dejó una veintena de muertos en una escuela primaria de Texas, Estados Unidos, ahora el diputado Javier Milei continúa avanzando en sus planteos fascistizantes con una propuesta para privatizar las cárceles del país, en las cuales, según su opinión, los presos deberían pagar su estadía “trabajando”.

El legislador porteño por el Partido Obrero, Gabriel Solano, expresó su rotundo rechazo a la propuesta de Milei para privatizar las prisiones del país, al considerar que se trata de “una legalización de la desigualdad social y una ampliación de la misma”.

En ese sentido, Solano agregó: “Con cárceles privadas se va a acentuar lo que ya existe hoy: cárceles para ricos y cárceles para pobres. Los sectores con mayores recursos dentro de una cárcel, que son muy pocos obviamente, tienen privilegios de todo tipo porque arreglan con el Servicio Penitenciario. La mayoría, que es el sector más pobre, sufre todo tipo de privaciones y atropellos. Con las cárceles privadas esto se va a legalizar y ampliar. Quien tenga posibilidad de pago va a tener mejores celdas, acceso a diferentes tipos de servicios, y la mayoría va a estar privado de ellos” (Infobae 2/6).

Además, esa desigualdad se pronuncia cuando son los sectores de bajos recursos los que van a tener que trabajar, mientras los que tengan recursos van a poder pagarse la cárcel sin necesidad de recurrir al trabajo y a esto se suman los sobornos que algunos sectores podrán esgrimir para que la policía no aplique los métodos de amedrentamiento que aplica con los convictos de bajos recursos.

De lo que propone Milei tenemos el claro ejemplo en Estados Unidos, donde la política penitenciaria es un engranaje clave de su sistema económico. Los detenidos trabajan para corporaciones que facturan sumas millonarias y las cárceles ocupan el tercer lugar como dadoras de mano de obra. Desde que muchas fueron privatizadas se transformaron en un redituable negocio. La paga es de 0,23 centavos de dólar la hora, según el sitio de investigación Global Research. Analistas de estas estadísticas hablan no solo de explotación, sino de otra forma de esclavitud en el siglo XXI.

En ese sentido, el legislador del FIT-U completó: “Si las cárceles son privadas y los presos pagan por estar, el negocio va a ser que haya más cárceles y que la gente esté presa más tiempo. Además, quienes sean dueños de las cárceles van a querer completar sus “hoteles”, por llamarlo de algún modo, y en la medida de lo posible, construir nuevos” (ídem).

El sistema penitenciario ya sostiene condiciones aberrantes para los convictos y Milei propone agravarlas con políticas de estigmatización que avanzan contra los derechos de cualquier persona privada de su libertad, generando mayor desigualdad dentro del contexto carcelario y mano de obra prácticamente gratuita en pos de los intereses de las empresas. Esto, lejos de apuntar a una reinserción en términos laborales y sociales, promoverá que aumente el número de cárceles y de presos.

Si realmente le interesara la masa ociosa del país que vive del Estado, dirigiría sus ataques hacia los grandes pulpos del agro que se ven privilegiados con prebendas impositivas mientras engordan sus bolsillos a costa del traslado de precios internacionales al mercado interno, o de las petroleras que explotan los recursos naturales del país y se fugan las ganancias, o de todo el régimen político (el cual integra) que ajusta los bolsillos de trabajadores y jubilados para reducir el déficit fiscal que impone el acuerdo con el FMI, pero son justamente quienes le allanan el camino a este tipo de políticas.

Desde el Partido Obrero y el Frente de Izquierda–Unidad advertimos el fascismo que Milei y los presuntos liberales buscan enmascarar con slogans de “libertad”. Nuestro compromiso es multiplicar la movilización popular y su independencia política, porque solo la lucha consciente de los trabajadores y el conjunto de los explotados como clase social puede aplastar a estos fascistas y sus atropellos.