Políticas

16/11/2022

Reforma judicial

Milei y la “libertad”… de la casta privilegiada del Poder Judicial

Repite el viejo verso de la independencia trucha de la Justicia.

¿Quiénes son los que “la hacen y no la pagan”?

Javier Milei declaró en un programa televisivo que de llegar a la presidencia avanzaría en “escindir a la Justicia del resto del poder político”, como forma de terminar con lo que sucede ahora porque “acá la hacen todos y nadie la paga”. El típico discurso de campaña de los políticos capitalistas, que mienten para ocultar quiénes son los que gozan de plena impunidad mientras embolsan negociados a costa de los fondos públicos, a la par que embellecen a una de las castas más privilegiadas y enquistadas en los sillones del Estado.

El diputado de La Libertad Avanza simula así una pose de duro con la corrupción, especialmente ante Cristina Kirchner, arguyendo que todo el problema sería la injerencia de “la política” sobre la Justicia. Encubre la completa complicidad de los funcionarios judiciales para con el otro lado del mostrador, es decir con los capitalistas que “la juntan en pala” gracias a las concesiones del Estado. Por eso a Milei no le preocupa que no se juzgue a los empresarios apuntados en la Causa de los Cuadernos, el soterramiento del Sarmiento y tantos otros desfalcos.

Claro, no podría decirlo porque entre los primeros involucrados de estos negocios turbios figura su mentor, el millonario Eduardo Eurnekian. El dueño de Aeropuertos Argentina 2000, principal financista de la formación supuestamente libertaria, tiene un largo prontuario de tratos privilegiados en los estrados judiciales por sucesivas causas de evasión fiscal, fuga de capitales y hasta contaminación ambiental. Sin embargo, sigue lucrando a base de concesiones públicas.

En 2003 el empresario tuvo un pedido de captura internacional por una acusación de la Afip, a partir de una evasión millonaria por no declarar el giro al exterior de sumas astronómicas tras vender por 700 millones de dólares la firma Cablevisión en 1994. En 2016 afrontó con idas y vueltas (incluyendo sobreseimientos posteriormente anulados) una imputación por la fuga de más de 35 millones de dólares, gracias a pagos truchos de servicios sin contraprestación a empresas asociadas en el extranjero.

Luego en 2020 sería premiado con la devolución de 60 millones de dólares por las garantías de los anulados contratos de obra pública bajo el régimen de participación público-privada. Incluso en 2021 le fue concedido el pedido de derivar a la Justicia Electoral los cargos que enfrentaba en el marco de la Causa de los Cuadernos, sosteniendo que los pagos efectuados al entonces gobierno eran en realidad aportes a la campaña del Frente para la Victoria. También a fines del año pasado su estancia Don Panos en Pampa del Indio, Chaco, fue nuevamente habilitada a fumigar con agroquímicos, tras haber sido suspendida por intoxicar a más de 700 personas.

Este rápido repaso sirve como botón de muestra de quiénes son los verdaderos parásitos que viven a costa del fondos públicos “y no la pagan”, los mismos que a la vez exigen bajar el déficit fiscal a fuerza de recortes a los jubilados, la educación, la salud y la asistencia social. Los políticos capitalistas, desde lo Kirchner a los Macri, han gobernado enriqueciéndose en calidad de comisionistas de esta patria contratista. Milei dice que resolvería el problema… dejando en pie todo el andamiaje económico y político que está detrás de esta corruptela. En conclusión, sería apenas un cambio de figuritas.

Si en este punto el presunto libertario repite el mismo slogan a que nos tienen acostumbrados los gobernantes, es porque mantiene intacto todo el carácter opresivo del Estado. Claro, todo su programa de ajuste y de ataques a los derechos de los trabajadores solo puede ser imaginado de la mano de un reforzamiento del poder estatal, y por eso su planteo de reforma judicial se limita a darle mayores atributos a lo más similar a una verdadera casta, como es el Poder Judicial, cuyos miembros vitalicios gozan de beneficios varios como la exención del pago de Ganancias y las jubilaciones de privilegio que se financian con los impuestos de la población.

Por eso a Milei no se le ocurre la posibilidad de una intervención popular, que sería lo opuesto al reforzamiento del poder del Estado. Ni imagina la elección de los jueces y fiscales mediante el voto popular y el derecho a revocatoria, como planteamos desde el Partido Obrero en el Frente de Izquierda. El libertario es incapaz de combatir la impunidad de que gozan los políticos capitalistas… y sus mentores los capitalistas.