“¿Tenés la boleta?”. La pregunta del compañero que en el lugar de trabajo, en las mesas callejeras o en el barrio pide la boleta del Frente de Izquierda, ha crecido en estos días.

Para muchos trabajadores, jóvenes y ciudadanos en general, el voto al FIT es un claro pronunciamiento en defensa de sus reivindicaciones: el derecho al trabajo, el salario, las jubilaciones.

Es un mandato para luchar una reorganización social dirigida por los trabadores.

Del otro lado de la divisoria de aguas, Scioli, Macri, Massa (o Stolbizer) han salido a buscar ese mandato en las reuniones empresariales.

A los explotadores, especuladores y banqueros les han prometido transferir la hipoteca de la crisis nacional a los trabajadores.

Acorde a ese programa, Scioli ha designado un gabinete de ajustadores, represores y espías.

Una parte del pueblo asiste a esa experiencia y da un paso hacia su independencia política.

¡Esa tendencia debe ser defendida a muerte este domingo!

Más aún, cuando los ajustadores han demostrado, también, ser amigos del fraude.

Convirtamos la inquietud política de estas horas en miles de votos.

Convirtamos a esos amigos y compañeros en miles de nuevos fiscales, para cuidar la boleta y el voto del Frente de Izquierda.

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