Políticas

11/6/2020

Misiones: el acuerdo de Agricultura Familiar con la multinacional Syngenta

Debatamos un programa de las familias trabajadoras para la producción agrícola.

A principios de junio la página del Ministerio de Agricultura Familiar de la provincia de Misiones anunció un acuerdo entre el gobierno y la multinacional suiza Syngenta -tercera empresa en el mercado mundial de semillas- para la producción de alimentos y el cuidado del medio ambiente. Según las fuentes oficiales, la multinacional donaría semillas varias “para promover las huertas familiares y el desarrollo de pequeños productores de la provincia” con el objetivo del autoabastecimiento de las familias productoras y que puedan “abastecer la demanda de los municipios”. El acuerdo también constaría de entrenamientos y capacitaciones a pequeños productores en el uso seguro de insumos agrícolas, y la introducción de una agricultura sustentable por medio de programas junto a ONGs.


El anuncio generó un repudio generalizado por parte de la comunidad de productores agroecológicos de la Red Slow Food, por parte de la UTT (Unión de Trabajadores de la Tierra) y demás organizaciones y agrupaciones de defensa del ambiente.  La organización Productores Independientes de Piray -nucleados en la UTT- salió a la ruta a pesar del anuncio de la ministra de Agricultura Familiar, Marta Ferreira, de que la “propuesta de Syngenta queda sin efecto”. En una circular del Ministerio también se dice que el gobernador instruyó “no avalar nada que atente contra la Soberanía Alimentaria. Todo material genético deberá estar avalado por Biofábrica Misiones S.A”.


A pesar de este recule en chancletas del gobierno ante las organizaciones de pequeños productores y campesinos -las cuales le dieron la pelea al Estado para recuperar tierras en manos de la empresa multinacional Arauco-, el (posible) convenio con Syngenta no se ha hecho público. El gobierno de la Renovación siempre procuró mostrarse como un promotor de la llamada agricultura familiar, como con la apertura de las ferias francas, pero mientras tanto permite desalojos de familias campesinas en el interior de la provincia, subsidia a los grandes productores y mantiene la superexplotación tarefera; abre programas de fomento a pequeños productores por medio del Insituto de Fomento Agropecuario e Industrial, pero al mismo tiempo habilita la siembra del maíz transgénico de Maizar. Este doble discurso busca esconder el objetivo de abrir paso a la renta agraria y a la producción de granos.


La lucha por un modelo de producción agroecológica requiere de un programa propio de toda la población trabajadora contra el dominio de los pooles de siembra y las multinacionales de agroinsumos, que incluya la apertura de los libros de las empresas de toda la cadena de comercialización de la producción agrícola y el fin de la gran propiedad terrateniente. Es una salida que debe inscribirse en el marco de un plan económico de los trabajadores, que incluya entre otras medidas la nacionalización del comercio exterior.